Resfríos y gripe Resfríos y gripe

¿Sabés cuál es la diferencia entre el resfrío y la gripe? ¿Conocés los síntomas? ¿Y sabías que existen remedios caseros que pueden ayudarte a combatirlos? Te contamos todo en esta nota.

Los científicos que estudian las 99 cepas conocidas de rinovirus hicieron en 2009 un descubrimiento digno de todos los titulares. Al decodificar el genoma de estos virus, detectaron ciertos puntos débiles que, según creen, pueden conducir finalmente a la cura del resfrío común. La mala noticia es que esa cura todavía está lejos. Mientras tanto, podemos confiar en conocidos remedios caseros como una primera línea de defensa contra la nariz tapada, los estornudos, el dolor de garganta, la tos y los dolores. Estas curas provienen directamente de tu despensa y te ayudarán a recuperarte rápidamente. Lo primero es lo primero: existen ciertas normas estrictas que todos debemos seguir cuando se presenta un resfrío o gripe, entre ellas: 

Permanecer en casa, en un ambiente cálido, pero no sobrecalefaccionado.

Aumentar la humedad del aire con un humidificador, si eso te hace sentir mejor (no acelera la curación).

Beber abundante líquido.

Hacer mucho reposo.

Para evitar que el virus se propague, tapate la boca cuando estornudes o tosas y lavate las manos frecuentemente con agua y jabón.

Si querés favorecer a tus amigos, a tus compañeros de trabajo y al público en general, permanecé en casa hasta que los síntomas desaparezcan. 

Remedios caseros: 

Comé ajo: el ajo refuerza la inmunidad y combate los virus. Los investigadores siguen estudiándolo para averiguar cuán efectivo es. Los herboristas suelen aconsejar comer los dientes de ajo crudos con los primeros síntomas de resfrío o gripe. Para hacerlo más agradable al paladar, picá un diente de ajo y mezclalo con una cucharada de miel, yogur o puré de manzanas para comerlo. Al picar o triturar el ajo crudo se activan sus compuestos medicinales. 

Tomá un remedio de mostaza y miel: mezclá 1⁄4 de cucharadita de mostaza en polvo con 2 cucharadas de miel y tragalo. Esta mezcla aflojará la congestión del pecho. Nunca dar miel a los bebés menores de 1 año de edad. 

Probá este maravilloso té: colocá 5 rebanadas de raíz de jengibre fresca en una ollita y agregá 2 tazas de agua. Cuando hierva, continuá el hervor a fuego lento durante 20 minutos. Bebé esta infusión tibia. El jengibre tiene muchísimos compuestos antiinflamatorios y germicidas. Se puede hacer más delicioso agregando miel y jugo de naranja; así, tendrás una dosis de vitamina C con el jugo y el poder antiséptico y calmante de la miel. 

Aspirá estas especias: las hierbas aromáticas que matan gérmenes y la humedad pueden hacer maravillas para una nariz congestionada. Este tratamiento lleva sólo unos minutos de preparación y los resultados no tienen precio. Utilizá tomillo, salvia y menta secos. Colocá 1 cucharada de cada uno en un bol mediano y añadí agua hirviendo. Inclinate sobre el bol, con la cabeza cubierta por una toalla. Cerrá los ojos e inhalá el vapor durante 10 minutos. Por seguridad, mantené la cara alejada unos 25 cm por encima del agua. Repetí dos o tres veces al día, según la necesidad. 

Utilizá un atomizador salino para los senos nasales tapados y respirará mejor rápidamente: mezclá 1⁄4 de cucharadita de sal fina en 1 taza de agua hervida hasta que se disuelva totalmente. Dejá enfriar hasta que la temperatura sea agradablemente tibia. Para aplicar la solución dentro de la nariz, utilizá una perilla de goma como las que se emplean para limpiar la nariz de los bebés, un rinocornio (utensilio de origen indio para limpiar los senos nasales, que se consigue en dietéticas) o un limpiador a chorro de agua, también conocido como irrigador bucal, en la potencia más baja; para esto se necesita un adaptador especial. Lavá los conductos nasales con el agua salina dos o tres veces por día. 

Tomá unas tabletas de zinc: las tabletas de gluconato de zinc están entre los principales remedios para el resfrío y la gripe. En cierto estudio, los pacientes que dejaron disolver una tableta que contenía unos 13 mg de zinc, cada dos horas mientras estaban despiertos, se vieron libres de los síntomas tres o cuatro días antes que quienes no consumieron las tabletas. La única precaución es no consumirlas continuamente durante más de una semana. 

Mientras tanto, aprovechá el saúco: ante los primeros signos de la gripe, tomá un jarabe de saúco. El saúco se ha usado en Europa durante siglos para combatir virus. Un estudio de laboratorio demostró que el jarabe eliminó 10 cepas del virus de la gripe, y en un estudio sobre personas redujo el tiempo de recuperación de la gripe a tres o cuatro días. Más recientemente, en un estudio en ambiente de tubo de ensayo llevado a cabo en un laboratorio de investigación de Florida, el extracto de saúco mató al virus H1N1. Otra opción es el té de flores de saúco. Para prepararlo, colocá 10 saquitos de té de saúco en un frasco con tapa hermética de 1 litro de capacidad, lleno de agua recién hervida. Tapá y dejá reposar 20 minutos. Endulzá con miel a gusto. Bebé una taza cada cuatro horas, recalentando el té cuando sea necesario. Los productos de flores de saúco se venden en dietéticas. 

Atacá con pimienta: en una botella con atomizador de 240 cc, mezclá 1 cucharada de ají picante con el agua necesaria para casi llenar la botella. Agitá bien y usalo como atomizador para desensibilizar la parte posterior de la garganta. También se puede usar esta mezcla para gargarismos; sólo tené cuidado de no tocar los ojos. 

Buches con limón: un chorrito de jugo de limón en un vaso de agua caliente son ideales para hacer gárgaras ante el dolor de garganta. Crean un ambiente ácido que es hostil a las bacterias y virus. 

Prepará un té con limón y miel: esta infusión para calmar la garganta tiene algo que te hara sentir bien mientras enfrentás un resfrío. La miel protege la garganta y la suaviza, y es un antiséptico natural. El limón actúa como astringente haciendo que la hinchazón de los tejidos de la garganta se reduzca. 

Un remedio para cuando no hay otra cosa: aunque tu alacena esté vacía, seguro tendrás estos dos ingredientes a mano... y funcionan notablemente bien. Llená un vaso de 240 cc con agua tibia, mezclá 1 cucharadita de sal y uselo para hacer gárgaras. La sal realmente alivia el dolor. 

Para cortar el resfrío... el secador de pelo: aunque parezca un poco loco, inhalar el aire caliente puede ayudar a matar los virus que tratan de ingresar por la nariz. En un estudio llevado a cabo en el Hospital de Harvard en Inglaterra, las personas que respiraban el aire precalentado presentaban la mitad de los síntomas de resfrío que las personas que inhalaban el aire a temperatura ambiente. Ajustá el secador de pelo a temperatura tibia (no caliente) y sostenelo a aproximadamente medio metro de la cara. Aspirá el aire por la nariz, todo el tiempo que sea posible; un mínimo de 2 ó 3 minutos, y preferentemente 20 minutos. 

Resfrío o gripe: información actualizada 

Tanto los resfríos como la gripe son causados por virus. Existen muchos más virus del resfrío que cepas de la gripe. Pero son infecciones menores. Los virus del resfrío inflaman principalmente las membranas mucosas que tapizan la nariz y la garganta. Los síntomas incluyen la nariz que gotea, estornudos, ojos llorosos y, a veces, una molestia en la garganta, dolores y tos. La mayoría de los resfríos desaparecen en una semana. 

La gripe es una enfermedad más seria. Usualmente se presenta con fiebre, escalofríos, dolores musculares, y a veces dolor de espalda, además de los síntomas del resfrío. La gripe aparece de repente y puede derivar en infecciones secundarias, como la bronquitis y la neumonía, que requieren un tratamiento más importante. Por eso, la gripe representa un riesgo grave para la salud, en especial para las personas mayores. 

Los virus de la gripe cambian notablemente de forma. La encarnación más reciente de la gripe, el virus H1N1, está arrasando en todo el mundo. Esta cepa ha demostrado ser peligrosa para personas jóvenes que por lo demás eran sanas, y también para las mujeres embarazadas y las personas con afecciones crónicas como asma y diabetes. Si estuviste expuesto al virus de la gripe o sospechás que podés estar incubándola, consultá a tu médico de inmediato. Posiblemente te prescriba los remedios llamados Tamiflu o Relenza, que pueden detener al virus de la gripe para que no se extienda por todo el organismo. Tomar alguno de estos medicamentos puede disminuir los síntomas de la gripe y acortar su duración. También podrían ser capaces de prevenir la gripe cuando la persona ya ha estado expuesta. 

¡A tomar la sopa! 

Nos resulta muy difícil imaginar un país que no tenga su versión de sopa casera de pollo. Desde México hasta la China, pasando por todas las escalas intermedias, las madres sirven un bol de este líquido aromático cada vez que sus seres queridos tienen gripe o resfrío. En ciertos círculos se la llama la “penicilina judía” y, de hecho, los estudios demuestran que el caldo de pollo parece ser más efectivo para destapar la nariz que cualquier otro líquido caliente. De alguna manera, la sopa de pollo inhibe el movimiento de los glóbulos blancos que contribuye a la inflamación de la mucosa que reviste el tracto respiratorio. Y, por supuesto, aporta muchísimos nutrientes e hidratación. 

Para que el caldo de pollo tenga mayor poder curativo, agreguale ajo picado. Incorporalo justo antes de servir, porque el calor destruye los compuestos medicinales del ajo. También podés enriquecer la sopa de pollo con unas gotas de salsa con ají picante en escamas o wasabi, el condimento que acompaña al sushi (y que usualmente se imita con rábano picante). Todos estos agregados muy picantes aumentan el poder descongestivo del caldo. De hecho, añadir alguno de estos condimentos a cualquier comida puede ayudarte a respirar mejor. Otras bebidas calientes también se ganaron un lugar en el arsenal para curar resfríos. 

La limonada caliente, como cualquier bebida caliente, hace disminuir la congestión (si bien su efecto dura poco) y también proporciona una dosis saludable de vitamina C, que ayuda a combatir los resfríos y atenúa su gravedad. El té con miel también ayuda a despejar la congestión y suaviza la garganta irritada. Los tés de hierbas que se preparan con salvia y tomillo tienen propiedades germicidas y disminuyen la inflamación. 

¿Transpirar ayuda a sanar? 

Podría pensarse que sí, dado que muchos remedios caseros, como las cataplasmas y las tazas de té de jengibre, hacen transpirar. Estos remedios tienen su fundamento: las primeras pueden ayudar a descongestionar el pecho, y el té de jengibre baja la fiebre y mata los virus del resfrío. 

Pero no nos libramos de un resfrío sólo transpirando, a menos que ese sudor se deba al ejercicio. Resulta que practicar alguna otra forma de ejercicio aeróbico brinda cierto alivio: abre los senos nasales y contribuye a que drenen. Y según los médicos de la Clínica Mayo, el ejercicio aporta una dosis de la droga natural que combate el resfrío, la adrenalina. Los niveles de esta sustancia, que químicamente está relacionada con todos los medicamentos que se usan para tratar los síntomas del resfrío, aumentan cuando se hace ejercicio. Y además, cuando los investigadores pidieron a las personas resfriadas que participaban de un estudio que se ejercitaran en la cinta de correr, se dieron cuenta de que el hecho de estar resfriados no limitaba su capacidad para hacer ejercicio.

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