Golpe de calor Golpe de calor

Con los cambios en los patrones de estaciones, las olas de calor se están haciendo cada vez más frecuentes.

El invierno recién pasado fue el más cálido del que se tenga registro en Sudamérica. El Calentamiento Global, ayudado por “El Niño”, anticipa un verano que, se cree, traerá humedad y temperaturas tan altas como prolongadas. Por eso, quienes más deben de protegerse son los niños pequeños y aquellos que tienen más de 65 años.

Entonces, es relevante el descubrimiento de un nuevo estudio que afirma que, en condiciones diseñadas para reflejar mejor el mundo real, los que van rumbo a su séptima década de vida se ven más afectados por temperaturas como las de las crecientes olas de calor.

Cómo afecta el calor a los mayores

El equipo de investigación introdujo episodios intermitentes de actividad ligera en el experimento para tener en cuenta los efectos de la vida diaria, como cocinar, limpiar o llevar la compra. También monitorearon de cerca los niveles de hidratación de los voluntarios para eliminar de los resultados el factor de la deshidratación.

En el estudio, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Connecticut, Estados Unidos, dos grupos de adultos sanos, uno entre 18 y 39 años y el otro de 65 años o más, completaron dos simulaciones experimentales de calor. Los participantes, primero, permanecieron durante una hora en un ambiente templado (22,2 °C y 40 % de humedad) mientras los investigadores recopilaban datos. Luego, los adultos ingresaron a una cámara ambiental con temperatura y humedad controladas durante tres horas.

Mientras estaban en la cámara, los participantes realizaron siete rondas de cinco minutos, ya sea en bicicleta o caminando a un ritmo que replica la actividad física ligera asociada con la vida diaria. Para una de las simulaciones, la cámara se configuró en 46,6 °C y 15 % de humedad para emular las condiciones de la ola de calor de 2018 en Los Ángeles, Estados Unidos. El otro se fijó también en aproximadamente 46,6 ° C y 40 % de humedad para emular la ola de calor de Chicago de 1995. 

El calor, dos veces más riesgoso para personas mayores

Si bien los adultos mayores tenían un nivel de flujo sanguíneo en la piel y tasas de sudoración similares a los del grupo más joven, también mostraron “un aumento aproximadamente dos veces mayor” en latemperatura corporal central.

Tener en cuenta este mayor cambio en la temperatura central revela que las respuestas del sudor y del flujo sanguíneo de la piel de los adultos mayores no son adecuadas para mantener una temperatura corporal saludable. Este método de imitar la vida diaria durante una ola de calor “resultó en una mayor tensión térmica que la que se había informado anteriormente durante exposiciones similares al calor”, concluyeron los investigadores.

La moraleja: a partir de una cierta edad, mientras más humedad, mucho peor. A cuidarse, entonces.

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