Estrés postraumático Estrés postraumático

Este trastorno psicológico, producido por algún trauma que se haya vivido, ahora puede diagnosticarse mediante estudios.

El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es un trastorno psiquiátrico complejo provocado por un trauma físico y / o psicológico. La forma en que surgen sus síntomas, incluida la ansiedad, la depresión y los trastornos cognitivos, sigue siendo impredecible e incompleta. Los tratamientos y los resultados podrían mejorar potencialmente si los médicos pudieran predecir mejor quién lo desarrollará. Ahora, los investigadores que utilizan imágenes por resonancia magnética (IRM) han encontrado biomarcadores cerebrales potenciales de TEPT en personas con lesión cerebral traumática (LCT). “La relación entre LCT y el TEPT ha atraído una mayor atención en los últimos años, ya que los estudios han mostrado una superposición considerable en los factores de riesgo y síntomas”, dice Murray Stein, profesor de psiquiatría y medicina familiar y salud pública en la Universidad de California San Diego, en Estados Unidos. Para avanzar, los investigadores siguieron a pacientes que se presentan en el Departamento de Emergencias con heridas o golpes en la cabeza lo suficientemente graves como para justificar una tomografía computarizada (TC)”. 

Los investigadores siguieron a más de 400 de estos pacientes con LCT, evaluándolos para el TEPT a los tres y seis meses después de su lesión cerebral. A los tres meses, 77 participantes, o el 18 por ciento, tenían probable PTSD; a los seis meses, 70 participantes o el 16 por ciento lo hicieron. Todos los sujetos se sometieron a imágenes cerebrales después de la lesión. “Los estudios de resonancia magnética realizados dentro de las dos semanas posteriores a la lesión se utilizaron para medir volúmenes de estructuras clave en el cerebro que se cree que están involucradas en el TEPT”, dice el Dr. Stein. “Descubrimos que el volumen de varias de estas estructuras era predictivo de PTSD tres meses después de la lesión”. Específicamente, un volumen más pequeño en las regiones del cerebro llamadas corteza cingulada, corteza frontal superior y ínsula predijo el TEPT a los tres meses. Las regiones están asociadas con la excitación, la atención y la regulación emocional. Estos hallazgos sugieren que una "reserva cerebral", o volúmenes corticales más altos, pueden proporcionar cierta resistencia contra el TEPT. Aunque el biomarcador de las diferencias de volumen cerebral aún no es lo suficientemente sólido como para proporcionar una guía clínica, el Dr. Stein concluye que “allana el camino para que estudios futuros analicen aún más de cerca cómo estas regiones cerebrales pueden contribuir a (o proteger) problemas de salud como el trastorno de estrés postraumático”. El estudio se encuentra en Biological Psychiatry: Cognitive Neuroscience and Neuroimaging, publicado por Elsevier. 

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