Corazón atrapado Corazón atrapado

Nos enseñaron a reprimir las emociones, pero no nos explicaron los peligros que ello conlleva.

Fuente: verywellmind.com

 

Si bien en algunos casos usted puede correr a un costado sus sentimientos en forma consciente, para muchas personas es común hacerlo sin siquiera advertirlo. En este punto, el artículo de Verywellmind enumera algunas señales que podrían indicar que usted no está expresando por completo sus emociones:

Parece que las demás personas “no lo entienden”

No obtiene lo que desea después de pasar tiempo con otros. Suele experimentar síntomas somáticos, como dolor de estómago o problemas digestivos; dolor de cabeza, aceleración del pulso y tensión. Experimenta cada vez más enojo y frustración con el mundo y con los demás. Desarrolla resentimiento hacia otros. Si piensa que otra persona puede estar reprimiendo sus emociones, aquí le mostramos algunas cuestiones a tener en cuenta: “Las señales de que alguien está reprimiendo sus emociones se pueden detectar en las palabras que elige, en el tono que emplea al hablar y en su lenguaje corporal. Hay quienes también pueden inconscientemente encorvar el cuerpo, apretar sus manos, tamborilear dedos de manos y pies, mover los ojos rápidamente de un lado a otro o sacudir la cabeza”, comenta Foos. Y agrega: “Cuando les dicen algo tan básico como ‘cuéntame sobre ti’, la respuesta de estas personas puede incluir desde un simple ‘no lo sé’ hasta un intento de cambiar el tema de conversación, concluir la charla o, incluso, abandonar el lugar”, resume la especialista. 

Cómo aprender a expresar mejor las emociones

Expresar emociones no es un hábito que siempre surja naturalmente. Demanda práctica y dedicación. Requiere destinar tiempo a uno mismo. Poco a poco podrá desarrollar las herramientas necesarias para procesar y expresar sus sentimientos. Mullen explica: “Una de las mejores formas de avanzar en la expresión de las emociones es decir exactamente aquello que quiere decir”. Parece muy sencillo, pero requiere práctica. Comience despacio y enfóquese en los sentimientos positivos; con el tiempo aprenderá a desarrollar esta habilidad, con la que podrá animarse a decir cosas como: “Me sentí realmente amado cuando preparaste la cena la otra noche”. “Espero que puedas ayudarme el sábado con el proyecto”. “Quiero asegurarme de que comprendas desde qué lugar te digo esto”. Incluso, puede perfeccionarse y aprender a expresar sentimientos neutrales o de desilusión. En general, la tendencia a ocultar las emociones es un hábito muy arraigado que las personas desarrollan con el tiempo. Se requiere gran trabajo para romper el ciclo y comenzar a expresar lo que siente. Y si bien puede pensar que es una práctica incómoda, arriesgada o difícil, no se rinda, la recompensa vale el esfuerzo.   

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