La unión entre zonas del cuerpo a través del reflejo es la base de esta disciplina milenaria que no pierde vigencia.Según los principios de la reflexología, existen diez zonas distribuidas por el cuerpo que se reflejan en su correspondiente región del pie. Se cree que, al masajear ciertos puntos específicos de él, es posible aliviar distintos desequilibrios existentes en el organismo. En síntesis, la reflexología estudia la relación que existe entre determinadas áreas de los pies y las manos, y el resto del cuerpo a partir de un sistema de zonas reflejas. El reflexólogo aplica un masaje relajante y revitalizante en los pies, mientras trabaja en las áreas clave del cuerpo.
Qué es la reflexología
Se trata de una práctica antigua, con más de 4.000 años
de historia, para facilitar la curación natural, aliviar el dolor, reducir el estrés y la tensión, o, simplemente, para relajación placentera. La reflexología
causa una relajación profunda y genera una sensación de bienestar general
Se aplica un masaje general en todo el pie y realiza
maniobras suaves de elongación. sistemas, como las terminaciones nerviosas de
los pies. Estas terminaciones nerviosas se conectan a través de los nervios
espinales, y luego a sus correspondientes órganos en todo el cuerpo. La reflexología
también trabaja de manera indirecta con el sistema circulatorio, a la vez que
descongestiona y ayuda a desintoxicar el cuerpo. Se la considera una terapia
holística que ve al ser humano como un todo, por eso es útil en el tratamiento de
todas las dolencias, incluso en las emocionales, ya que, al estimular los
diferentes puntos reflejos, cuerpo y mente buscan la armonía, y de allí viene
la salud. Antes del tratamiento, el reflexólogo mantiene una entrevista con
el paciente, pero el verdadero diagnóstico comienza cuando el profesional toca
los pies y registra las áreas de dolor y rigidez en las que deberá trabajar.
Siempre se emplean técnicas de relajación antes de que el profesional comience
a aplicar presión en forma rítmica con sus dedos para estimular y energizar los
distintos puntos del pie. El tratamiento culmina con delicadas maniobras de
elongación. La reflexología no tiene contraindicaciones siempre que se realice
a conciencia y con responsabilidad profesional; por eso, puede aplicarse a
un sinfín de enfermedades o desequilibrios tanto agudos como crónicos. Además,
puede combinarse con todos y cada uno del resto de los métodos
médico/terapéuticos, es decir, es una excelente compañera de otras disciplinas.