Esta inflamación de las articulaciones que tanto molesta
tiene causas y tratamientos específicos.
Inflamación de las articulaciones. Ese es, textual, el significado
de la palabra artritis, una enfermedad autoinmune “inflamatoria” constante,
que puede afectar a una o más articulaciones sinoviales (zona donde se unen los
huesos) de las partes distales de los miembros superiores, principalmente
los dedos de las manos. Si bien es una patología recurrente, no existen
estudios actualizados sobre su prevalencia en Chile o el mundo. Algunas
estimaciones de la OMS indican que la artritis reumatoide, que es solo uno de los
tipos que existe, afecta entre el 1 % y 1,5 % de la población mundial. Para
el Dr. Ricardo Lillo, director de la Escuela de Medicina de la Universidad
Bernardo O'Higgins (UBO), es clave referirse a la artritis durante la
temporada de temperaturas más bajas. La razón es simple y, para abordarla, lo
primero es enunciar los síntomas: inflamación constante de la articulación
comprometida, dolor incluso en reposo, e hinchazón (edema) por daño estructural
de la membrana sinovial, entre otros. “El frío, que llega a partir del
otoño, agrava este escenario debido a que vuelve más rígidas las articulaciones
dañadas. Así, al estar inmovilizadas, la membrana sinovial (capa de tejido que
recubre las cavidades de las articulaciones) secreta una menor consistencia de
líquido, dejando menos protegidos los componentes intraarticulares”, explica el
académico de la UBO. En este contexto, es relevante diferenciar dos
enfermedades que, aun siendo similares y estando incluso relacionadas, tienen
causas, repercusiones y tratamientos diferentes. “La artritis es autoinmune
y afecta a la membrana sinovial, produce una inflamación constante de las articulaciones, puede presentarse a cualquier edad, siendo más común entre
los 20 y los 40, genera una rigidez permanente, el dolor empeora en reposo y se
evidencian también síntomas extraarticulares. En tanto la artrosis no es
autoinmune, afecta al cartílago articular, sus principales síntomas son dolor y
rigidez, la inflamación no es constante al igual que la rigidez, que se pasa al
moverse y el dolor empeora con la movilidad”, explica Lillo.
A quiénes afecta la artritis
La pregunta natural que surge es si estamos todos expuestos
y propensos a desarrollar artritis. La respuesta es no, pues existen factores de
riesgo como “patologías que pueden derivar en ella como psoriasis y lupus,
entre otras. Asimismo, ciertas conductas, como el consumo excesivo de carnes rojas, pueden ser perjudiciales. Esto, dado que potencia la formación de
cristales de ácido ureico que se depositan en la membrana sinovial
destruyéndola”, puntualiza Lillo. Entendidas algunas causas, sigue la duda
en torno a su manejo, especialmente el referido al dolor. En este sentido, los
especialistas aseguran que puede lograrse mediante un tratamiento farmacológico
adecuado y un potente trabajo de fisioterapia que incluya baños de parafina,
donde se introduce la mano en líquido tibio para realizar movimientos suaves
con la zona afectada. “Asimismo, hay hábitos que conviene evitar. Lo primero, y
que puede ser evidente, es no dejar pasar mucho tiempo con el cuadro clínico
sin iniciar el tratamiento, ya que esta inflamación provoca una deformidad de
las manos (dedos). Así, resulta fundamental visitar precozmente al médico,
no abandonar el tratamiento farmacológico y evitar el consumo excesivo de
carnes rojas, como ya se señaló”, recomienda el profesional. Así, el reposo
no es un buen aliado en estos casos, pues hace que el dolor empeore. Por tanto,
es aconsejable hacer ejercicios de presión con la mano, utilizando, por
ejemplo, una pelota pequeña, a fi n de mantener la forma cóncava de la
extremidad, siempre considerando el rango de tolerancia para que no provoque
dolor. Junto con ello, los turbiones de miembros superiores, que son una
piscina con hidromasaje y de agua tibia, pueden ser una gran ayuda, así como
los ya citados baños de parafina, que forman verdaderos guantes de ese material
en la mano, mejoran la movilidad y calman la inflamación.