Conozca de cerca cuáles son las afecciones cardíacas más frecuentes y aprenda cuándo consultar y cómo tratarlas.

Angina

Esta afección está vinculada con la ateroesclerosis y se caracteriza por un dolor desagradable en el pecho. Ocurre cuando el corazón no obtiene el oxígeno extra que necesita, como al endurecerse o taponarse las arterias o dañarse por un ataque cardíaco. El ejercicio, la comida, el estrés y la exposición al frío pueden desencadenar una angina. Los ataques duran apenas unos minutos, y responden bien al descanso o a un medicamento llamado nitroglicerina. Un tratamiento común consiste en insertar un estent (un pequeño tubo) que abre la arteria obstruida. Esta cirugía relativamente menor resulta eficaz junto con medicación de largo plazo.

Un tratamiento novedoso consiste en el uso de células madre para la angina. Inyectar células madre directamente en el corazón puede reducir el número de episodios de dolor de pecho en pacientes que sufren de angina y permitirles ser más activos. Un nuevo método, probado en 167 pacientes en los Estados Unidos, consiste en inyectar un tipo particular de células madre, extraídas de su propia médula ósea. Los pacientes tratados pudieron tolerar una prueba de ejercicio el doble de larga que antes del tratamiento. “Equivale a pasar de solo poder mirar la televisión a poder caminar a paso normal o de poder caminar a paso lento a poder andar en bicicleta”, dijo el director de la investigación, profesor Douglas Losordo.

Enfermedad arterial periférica

Se suele pasar por alto, aunque afecta a casi una de cada diez personas de más de 60 años y una de cada cinco de más de 70. Es causada por una acumulación de depósitos grasos en las arterias, que restringe el abastecimiento de sangre a los músculos de las piernas. El principal síntoma son los calambres dolorosos después de una caminata. Debemos tener en cuenta que el dolor de piernas no es una consecuencia normal del envejecimiento. Las investigaciones demuestran que la mejor manera de reducir el dolor es ejercitarse regularmente, y lo ideal es anotarse en clases grupales de ejercicios para personas con enfermedad cardiovascular. La medicación puede incluir estatinas y drogas para reducir la presión sanguínea.

Insuficiencia cardíaca

Es una enfermedad más grave, pero mucho puede hacerse una vez diagnosticada. Ocurre cuando el músculo cardíaco se ha debilitado o endurecido demasiado como para bombear suficiente sangre del corazón a los órganos y tejidos. Entre las principales causas está la obstrucción de las arterias y la hipertensión, o daños a las válvulas cardíacas como resultado de un ataque al corazón o enfermedad valvular. Se inicia con lentitud, con síntomas como falta de aire, cansancio extremo, mareos y debilidad, junto con hinchazón en las piernas, tobillos y pies. Es más común en hombres mayores: la edad promedio del diagnóstico es de 76 años. Radiografías y ecocardiogramas permiten diagnosticarla, y los tratamientos varían, de la medicación a la cirugía. Algunas personas necesitan un marcapasos o desfibrilador para detener los ritmos cardíacos anormales, potencialmente mortales. Tal vez tome tiempo, pero la insuficiencia cardíaca puede controlarse, y muchas personas siguen llevando una vida normal.

Fibrilación auricular

Es más frecuente en personas con hipertensión o enfermedad coronaria arterial. Ocurre cuando una falla eléctrica ocasiona una actividad eléctrica caótica en las cámaras superiores del corazón. Una terapia exitosa es la ablación por catéter: se guían cables finos y flexibles (catéteres) a través de una vena hasta el corazón, donde registran la actividad eléctrica para rastrear la falla. Luego se transmiten ondas de radio de alta frecuencia a través de uno de los catéteres para destruir el tejido que está enviando las señales problemáticas. Suele hacerse con el paciente despierto (aunque también se realiza bajo sedación o anestesia general).

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