Un estudio reciente echa luz sobre la carencia de vitamina D
y la mortalidad.
Un estudio con más de 300.000 adultos en el Reino Unido
encontró apoyo para una relación causal entre la deficiencia de vitamina D y
la mortalidad. Estos hallazgos sugieren la necesidad de estrategias de
salud pública para mantener niveles saludables de vitamina D en la población. La
carencia de vitamina D se ha relacionado con una mayor mortalidad, pero la
mortalidad en el contexto de la deficiencia de vitamina D sigue sin estar clara.
Sucede que los ensayos controlados aleatorios no logran reclutar personas con
deficiencia grave o, por razones éticas, se les impide hacerlo.
Efecto notable de la vitamina D
Investigadores de la Universidad de Australia Meridional,
Adelaide, Australia Meridional, realizaron un estudio con 307.601 participantes
en el Biobanco del Reino Unido, para evaluar la evidencia genética del papel
causal del nivel bajo de vitamina D en la mortalidad. Los autores evaluaron
las mediciones de 25-hidroxivitamina D (25-(OH) D) de los participantes y otros
datos genéticos. También registraron y analizaron datos de mortalidad por todas
las causas y por causas específicas. Durante un período de seguimiento de 14
años, los autores encontraron que el riesgo de muerte disminuyó
significativamente con el aumento de las concentraciones de vitamina D, y los
efectos más fuertes se observaron en personas en el rango de deficiencia grave.
Señalan que las estimaciones recientes de la prevalencia de la deficiencia
grave oscilan entre el 5 y el 50 % de la población, con tasas que varían según
la ubicación geográfica y las características de la población. Según los
autores, su estudio afirma el potencial de un efecto notable sobre la muerte
prematura y la necesidad continua de esfuerzos para anular la deficiencia de
vitamina D. En paralelo, un trabajo sorprendente de la Universidad de Australia
del Sur, entregó evidencia, en junio pasado, de una nueva investigación
genética, la cual muestra un vínculo directo entre la demencia y la falta de
vitamina D. Al investigar la asociación entre la vitamina D, las
características de ciertas neuroimágenes y el riesgo de demencia y accidente
cerebrovascular, el estudio encontró que los niveles bajos de vitamina D se
asociaron con volúmenes cerebrales más bajos y un mayor riesgo de demencia y
accidente cerebrovascular. Además, los análisis genéticos respaldaron un
efecto causal de la deficiencia de vitamina D y la demencia. Así, en algunas
poblaciones, hasta el 17 % de los casos de demencia podrían prevenirse
aumentando todos los niveles de vitamina D (50 nmol/L) a niveles normales. “La
vitamina D es un precursor de la hormona asociada a ella, que se reconoce cada
vez más por sus efectos generalizados, incluso en la salud del cerebro, pero
hasta ahora ha sido muy difícil examinar qué sucedería si pudiéramos prevenir
la deficiencia de vitamina D”, concluye la profesora Elina Hyppönen, de la
citada universidad australiana.