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Si quiere tener pulmones sanos y limpios, no se pierda estos consejos, ideales para exfumadores.

Después de haber dejado atrás el cigarrillo, puede sentir la necesidad de “limpiar” los pulmones para deshacerse de las toxinas allí acumuladas. Afortunadamente, los pulmones pueden encargarse solos de esta tarea y dan inicio a ese proceso luego del último cigarrillo. Los pulmones constituyen un extraordinario sistema que, en determinados casos, puede repararse a sí mismo a lo largo del tiempo. Luego de dejar de fumar, comienzan un lento proceso de sanación y regeneración. La velocidad de este proceso dependerá principalmente de cuánto tiempo haya fumado y cuánto daño haya sufrido el organismo. Si bien no existe una solución inmediata que permita a los pulmones regresar al estado en el que se encontraban antes de que comenzara a fumar, ni que permita revertir las cicatrices o daños generados en los pulmones como consecuencia de fumar durante años, sí existen ciertas acciones que puede hacer para ayudar a que los pulmones se recuperen después de haber abandonado la adicción a la nicotina.

1. Toser para eliminar mucosidades de los pulmones

Según el Dr. Keith Mortman, jefe de Cirugía Torácica del centro de salud George Washington Medical Faculty Associates en Washington, D. C., los fumadores suelen tener una gran cantidad de moco acumulado en los pulmones. Esta acumulación puede persistir aún después de abandonar este hábito. Toser ayuda al organismo a deshacerse de este excedente de mucosidad, libera las obstrucciones presentes en las vías aéreas más pequeñas y las abre para facilitar el paso del oxígeno.

2. Ejercitarse para purificar los pulmones

Mortman resalta también la importancia de la actividad física. Mantenerse activo puede ser una de las mejores maneras de cuidar y mejorar el funcionamiento pulmonar. Una simple caminata al aire libre puede ayudar a que los sacos de aire de los pulmones se mantengan abiertos para poder intercambiar oxígeno y poder conducirlo a aquellas áreas del cuerpo que lo necesiten. 

3. Evitar los contaminantes

Aunque pueda parecer obvio, evitar el humo de otros fumadores, el polvo, el moho y los químicos favorece el mantenimiento de una función pulmonar sana. Los resultados de estudios realizados con animales muestran que la exposición a aire filtrado reduce la producción de moco en los pulmones. La mucosidad puede bloquear esas vías aéreas más pequeñas y dificultar el paso del oxígeno.

4. Consumir bebidas calientes

Según informes de la Asociación Americana Pulmonar, mantenerse hidratado es importante para la salud de los pulmones. Beber dos litros de agua por día (vasos de 250 ml) ayuda a mantener delgada la capa de mucosidad que pueda existir en los pulmones y facilita así su eliminación al toser. Las bebidas calientes, como té, caldo o hasta simplemente agua caliente, ayudan a diluir la consistencia del moco y facilitan la liberación de obstrucciones en las vías aéreas.

5. Beber té verde

Diversas investigaciones muestran que el té verde posee propiedades antiinflamatorias que pueden evitar algunos tipos de afecciones pulmonares. En un estudio realizado en 2018 se señaló que era menos probable que aquellos participantes que consumían té verde dos o más veces por día desarrollaran EPOC.

6. Aplicar vapor

La terapia con vapor consiste en inhalar vapor de agua para disolver la mucosidad y reducir la inflamación en las vías aéreas. En un estudio realizado en 2018 se indicó a un grupo pequeño de pacientes con EPOC el uso de una máscara de vapor, y este mejoró significativamente su respiración. Es importante señalar que, si bien este grupo de pacientes experimentó alivio inmediato de los síntomas, no se registró ningún cambio en la salud general de los pulmones luego de la terapia de vapor.

7. Consumir alimentos antiinflamatorios

Los pulmones de un fumador probablemente estén inflamados, lo que puede dificultar la respiración. 

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