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Ya le fuimos contando los beneficios del microbioma intestinal. Uno más aquí: combatir la depresión.


Fuente: Salud a Diario

Desde hace unos años, se sabe que el microbioma intestinal –esto es, la flora bacteriana, de protozoos y hongos que viven naturalmente en el sistema digestivo–, debido a su actividad, – influyen en la mente y los estados de ánimo. Ahora, investigadores de Case Western Reserve University, University Hospitals Cleveland Medical Center (UH), BIOHM Health LLC y Louis Stokes Cleveland VA Medical Center han publicado un artículo en Frontiers in Nutrition, proponiendo una hipótesis y teoría sobre un enfoque basado en el microbioma para combatir la depresión surgida durante la pandemia de COVID-19.

 

Depresión por la pandemia


En su artículo, el investigador Mahmoud A. Ghannoum y sus colegas, afirman que los factores estresantes significativos provocados y exacerbados por el COVID-19 están asociados con aumentos sorprendentes en las enfermedades de salud mental, específicamente las relacionadas con los trastornos depresivos. Por ejemplo, en un período de apenas un mes –al comienzo de la pandemia de COVID-19–, los investigadores escriben que se informó un aumento del 34,1 % en las recetas de medicamentos contra la ansiedad, un aumento del 18,6 % en las recetas de antidepresivos y 14,8 % en las prescripciones de medicamentos contra el insomnio en los Estados Unidos. “Durante un período tan corto, este fuerte aumento sugiere la magnitud del efecto inmediato y generalizado del COVID-19 sobre la salud mental”, detalla el Dr. Ghannoum, director del Centro de Micología Médica de la UH y profesor de Dermatología y Patología en la Facultad de Medicina de la Universidad Case Western Reserve. En su artículo, el Dr. Ghannoum y sus colegas examinaron la literatura actual sobre el microbioma y el eje intestino-cerebro para avanzar en un posible enfoque complementario para abordar la depresión y los trastornos depresivos que han aumentado durante la pandemia de COVID-19. “El impacto del microbioma intestinal humano en la salud emocional es un campo emergente”, dice el Dr. Ghannoum. “Si bien es necesario realizar más investigaciones, la evidencia actual es extremadamente prometedora y sugiere que, al menos, parte de la respuesta para comprender la depresión con mayor profundidad puede estar en del microbioma”. Estudios previos han sugerido que el microbioma afecta nuestro cerebro y nuestras emociones. Pasa que el microbioma intestinal y el cerebro se comunican entre sí a través de vías de señalización neuronales, inflamatorias y hormonales. Como resultado de la interacción bidireccional entre el microbioma intestinal y el cerebro, cada uno puede enviar mensajes que impactan al otro.

 

Enfoque holístico para abordar la depresión


El Dr. Ghannoum y sus colegas proponen que un enfoque holístico basado en el microbioma, que implica anotar cuidadosamente el microbioma y sus posibles modificaciones a través de la dieta, los probióticos y los cambios en el estilo de vida, puede servir para abordar la depresión. “A pesar del costo que la depresión tiene tanto en las personas como en la sociedad, es difícil comprender y tratar eficazmente los trastornos depresivos”, señala el Dr. Ghannoum. “La investigación actual que aborda el diagnóstico y el tratamiento de la depresión y los trastornos del estado de ánimo está en curso, pero necesita más tiempo para desarrollar las complejidades involucradas en cómo tratarlos”. Además, algunos estudios ya han arrojado luz sobre la posible correlación entre la infección por COVID-19 y la alteración del microbioma, pero tienen limitaciones. Se requieren más investigaciones con tamaños de muestra más grandes. Sin embargo, los investigadores encontraron más evidencia que apoya el vínculo entre el intestino y el cerebro, y la relación entre la depresión y el microbioma intestinal. “Está claro que la composición del microbioma intestinal en personas con trastornos depresivos está alterada y carece de los niveles adecuados de microorganismos beneficiosos”, dice el Dr. Ghannoum. “Creemos que fomentar el crecimiento de estos microorganismos beneficiosos y reequilibrar el microbioma intestinal en las personas puede ser un paso prometedor para ayudar a las personas a aliviar su depresión a través del eje intestino-cerebro”. Los investigadores proponen un enfoque multifacético para controlar la depresión que implica reequilibrar y mantener el microbioma intestinal a través de la dieta, los probióticos y cambios específicos en el estilo de vida.

 

Dieta saludable para el microbioma intestinal

Específicamente, piden: una dieta saludable de frutas y verduras. “Estos factores nutricionales parecen estar asociados con una disminución de las tasas de depresión, posiblemente debido a sus propiedades antiinflamatorias, neuroprotectoras y prebióticas (que facilitan la permanencia de los probióticos)”, afirma el Dr. Ghannoum. También consumir probióticos para que cumplan la función crítica de reequilibrar el microbioma y tratar la depresión. Mejorar, a la vez, hábitos de estilo de vida, incluidos el ejercicio, el sueño y la reducción del estrés. Indican que “el consumo de probióticos no solo debe restaurar el equilibrio intestinal, sino que también puede disminuir la probabilidad de colonización intestinal por patógenos oportunistas, como se informó en muchos estudios que analizaron el microbioma intestinal en pacientes infectados con COVID-19”. En un aspecto relacionado, otra investigación mostró que comer yogur que contiene una cepa particular de un probiótico bien estudiado parece proteger contra cambios dañinos en el microbioma intestinal que están asociados con la administración de antibióticos. El hallazgo pertenece a investigadores de la Escuela de Maryland de la Universidad de Maryland (UMSOM), la Facultad de Farmacia de la Universidad de Maryland (UMSOP) y el Centro Médico de la Universidad de Georgetown. Este estudio, diferente al primero, encontró que el yogur que contiene el probiótico Bifidobacterium lactis funcionó mejor que un placebo para mantener la comunidad de bacterias en el colon. Aproximadamente una de cada cinco personas que toman antibióticos desarrollan diarrea asociada a los antibióticos, debido a que los medicamentos alteran el microbioma intestinal sano. Los pacientes pueden dejar de tomar sus medicamentos poco después de desarrollar diarrea, lo que podría provocar la persistencia de la infección original. Un pequeño porcentaje puede desarrollar una infección potencialmente mortal con la bacteria Clostridium difficile, que puede residir en el intestino, pero generalmente se mantiene bajo control por parte de las bacterias buenas en el microbioma. Así, sea por medio de la ingesta de yogur, kéfir, chucrut o suplementos, los probióticos son un aliado de nuestro bienestar que, normalmente, no tomamos en cuenta.

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