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Además del placer de la lectura en sí mismo, el cerebro se ve beneficiado por esta actividad.

Fuente: Patientinfo.com

La lectura y la neuroplasticidad

Al leer, usted absorbe constantemente información nueva, desde argumentos y personajes en obras de fantasía, hasta datos e ideas nuevas en trabajos de no ficción. Esto activa canales neuronales en el cerebro y aumenta su neuroplasticidad, es decir, la capacidad de renovar y desarrollar conexiones y comunicaciones nuevas entre diferentes áreas del cerebro. Los pasatiempos creativos, como pintar o tocar música, tienen un efecto similar sobre la cognición, tal como detalla el artículo publicado en el portal Patient.info.com. Estudios realizados mediante resonancias magnéticas muestran que, mientras una persona lee y después de leer, esta conectividad o red de señales en el cerebro se vuelve aún más sofisticada. Leer ayuda al cerebro a procesar información tanto de manera visual como verbal. Los resultados de un estudio indican que la lectura puede contribuir a desarrollar el lóbulo occipital, el centro de procesamiento visual del cerebro. En el trabajo se explica que “el entrenamiento intensivo de percepción” que acompaña el proceso de lectura también incentiva la imaginación, la creatividad y las habilidades visuales. 

Leer como entrenamiento para la memoria

Leer información nueva impulsa al cerebro a generar constantemente nuevos recuerdos, para lo que se requiere la creación de nuevas sinapsis (que conectan neuronas en el sistema nervioso del cerebro). En pocas palabras, funciona como ejercicio para el área del cerebro vinculada con la memoria. Cuanto más utilice esta región, más potente se volverá su memoria de corto plazo y su capacidad para recordar cosas. Existen pruebas que demuestran que la memoria operativa, un tipo de memoria de corto plazo que cumple funciones específicas en el presente, mejora con la lectura durante los años escolares. En la vida adulta, el hábito de leer le permite continuar ejercitando y fortaleciendo la memoria.

La lectura contra el deterioro cognitivo en la adultez

Como la lectura es un ejercicio para el cerebro, destinar tiempo para leer también puede reducir el riesgo de experimentar deterioromental con el paso de los años. Existen datos que demuestran que leer en forma frecuente a lo largo de la vida se asocia con una reducción del 14 % del deterioro cognitivo. Esto disminuye el riesgo de desarrollar problemas como demencia y enfermedad de Alzheimer. El tiempo que reserva a esta actividad también cuenta; destinar una hora al día a leer contribuye a reducir en mayor medida este riesgo que dedicar 30 minutos a la lectura. 

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