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Descubra la diferencia entre oír y escuchar, y averigüe a qué grupo pertenece.

Entre escuchar y oír existe la misma diferencia que entre mirar y ver, palpar y tocar, olfatear y sentir. El matiz entre estos dos términos muestra toda la importancia de la atención en la percepción. Radio: sea un oyente activo «Cuando el oyente escucha una obra de teatro o un documental radiofónico, explica Silvain Gire (responsable editorial de ArteRadio.com), crea sus propias imágenes a partir de las informaciones que le aportan los sonidos. Su cerebro da un rostro a cada voz, atribuye un color a cada ambiente, una emoción a cada ruido». Como no hay sensaciones visuales, las ficciones y los documentales dejan, de este modo, un gran espacio a la imaginación, tanto como la lectura. Escuchar radios elaboradas o creativas suscita también una atención muy especial, un estado de calma paradójico y una proximidad con los participantes, totalmente ausentes en la televisión. Intente esta experiencia: redescubra el placer de escuchar, déjese llevar por las voces que parecen dirigirse sólo a usted, como si el oído creara, finalmente, una intimidad mucho más grande que una percepción a la vez visual y sonora.

Saber escuchar

La escucha es un proceso activo, voluntario y consciente, que moviliza áreas cerebrales diferentes de la simple audición. Escuchar es esencial para instruirse, en especial, para adquirir el lenguaje. Pero ¡también se aprende a escuchar! Los músicos son el mejor argumento. Pueden, por ejemplo, seguir el tono de un solo instrumento en una orquesta, abstrayéndose de los otros, en tanto que su oído oye el conjunto de la formación. Escuchar regularmente música, incluso sin práctica ni aprendizaje, desarrolla las capacidades de escucha. Un estudio canadiense reciente pudo demostrar que estudiar música desde pequeño modifica el desarrollo cerebral y parece aumentar la memoria y la capacidad de atención. La música es, en sí misma, un campo de investigación para las neurociencias. Como el lenguaje, compromete muchas regiones cerebrales, según lo que se escuche, lo que se interprete o que se componga. El pianista Glenn Gould tenía también la particularidad de canturrear al mismo tiempo que ejecutaba el piano. 

Oído absoluto

El oído absoluto -que incluye a aproximadamente una persona entre 10.000-, es la capacidad para identificar una nota, es decir, la altura de un sonido sin tener que compararla con una referencia. El oído relativo necesita oír un diapasón o el la del piano para lograr esto. A pesar de su nombre, esta facultad no es una cuestión de oído, sino del cerebro: él es quien identifica la nota, mientras que el oído las oye a todas. ¿Aptitud innata o adquirida? Aún no se cerró el debate, pero es cierto que la práctica desarrolla esta facultad.

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