Ejercicios de fuerza Ejercicios de fuerza

Es fácil usar la diabetes como excusa para no moverse; no se dé por vencido y póngase en movimiento con estas recomendaciones.

Las personas diabéticas tienen poca o ninguna excusa para evitar hacer ejercicio debido a su “condición”. La verdad es que personas con esta enfermedad han escalado montañas, cruzado países caminando, ganado torneos profesionales de tenis, y mucho más. Pero hay que tener algunas consideraciones al hacer ejercicio. Empiece por seguir estos consejos.

Medidas de seguridad para hacer ejercicio con diabetes

Si le cuesta trabajo estar de pie, haga ejercicio sentado. No permita que el uso limitado de sus piernas o la inestabilidad en sus pies eviten que mantenga una buena condición física. Compre un video de ejercicio diseñado para personas en silla de ruedas o para realizar desde una silla. Uno bueno le dará una saludable sesión aeróbica y fortalecerá los músculos de la parte superior del cuerpo. Estos videos funcionan bien para las personas que son novatas en la actividad física, aunque tengan un uso completo de las piernas. Muchas personas se sorprenden al descubrir que pueden sudar bastante aun al estar sentadas. Para disfrutar al máximo las sesiones, busque un video con un anfitrión atractivo y música rítmica que lo mantenga en movimiento.

No se exija mucho si está enfermo. Si está resfriado o se contagió del “virus” misterioso que anda rondando, haga ejercicio sólo si cree tener la energía y resistencia necesarias. En caso de que no tenga ganas, deje reposar su cuerpo y reanude su rutina normal de ejercicio cuando esté mejor. 

Baje la intensidad si le cuesta trabajo. Si respira agitadamente o se siente incómodo, quizá se está excediendo en el ejercicio. Es momento de bajar el ritmo. Haga la “prueba de la charla”: diga una oración completa en voz alta. Si le cuesta trabajo hacerlo, disminuya la intensidad. No debe experimentar dolor, fatiga extrema o falta de aire. Para aumentar el ritmo de la caminata, dé más pasos, no los haga más largos. Cuando se ponga el reto de acelerar el ritmo de su caminata o trote, muévase más rápido al aumentar el número de pasos que dé en determinado tiempo, no al aumentar la longitud de su zancada. Es más eficiente, y si aumenta la longitud de sus pasos, el movimiento puede lesionar sus pies, rodillas o espinillas.

Compre zapatos atléticos que se sientan cómodos la primera vez que los use. No crea que su calzado mejorará al hormarlo. Los zapatos que no quedan bien pueden provocar ampollas en los pies, y esto a su vez una peligrosa infección. Ya sea que compre calzado para caminar, jugar tenis, boliche o practicar cualquier otro deporte, elija los zapatos de la mayor calidad que pueda pagar, y busque un modelo con ventilación que permita “respirar” al calzado. Si tiene poca sensibilidad en los pies debido a un daño nervioso, quizá necesite que un podiatra o un experto en calzado busque los zapatos deportivos adecuados para usted.

Use calcetines atléticos suaves, repelentes al sudor. Antes de hacer ejercicio, póngase un par de calcetines atléticos limpios y acojinados. Aquellos hechos con una mezcla de algodón y fibras sintéticas son ideales, pues mantienen el sudor lejos de los pies. Si sus pies se humedecen, la piel se puede ampollar más fácilmente 

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