Bruxismo Bruxismo

De la mano de los que más saben, consejos y orientación para tratar este mal que afecta a muchos: el bruxismo.

Fuente: Salud a Diario

Una investigación realizada por varios especialistas –y publicada en el estudio Epidemiology of bruxism in adults– evaluó recientemente las cifras de prevalencia del bruxismo, donde resultó que el 31,4 % de las personas lo ha padecido alguna vez en su vida, mientras que el 8 % asegura tener bruxismo frecuentemente. El dolor mandibular al despertar, contracturas en el cuello y en la espalda, malestar en los oídos y dificultades para abrir la boca son consecuencias del llamado bruxismo, un síndrome que es cada vez más frecuente, y puede causar, eventualmente, el desgaste y quiebre de piezas dentales. En general, los pacientes consultan por dolor de cabeza, de dientes, de oído o de la zona donde se encuentra la articulación, y es muy común que durante la entrevista describan que escuchan rechinar los dientes a la noche. Por lo tanto, la evaluación de quien consulta debe ser muy detallada y evaluar calidad de sueño, alimentación, medicación, relatos de la familia, descripción de cefaleas, su dieta, rutinas de sueño y características de la vía aérea. Además, es necesario realizar un examen clínico del desgaste de los dientes y de todas las estructuras de la boca, así como de la respiración y de las articulaciones.

Los diferentes tratamientos del bruxismo

El tratamiento es distinto para cada paciente. No hay una receta de cocina. Y va a depender de la identificación y el control de los factores que causan el bruxismo. El uso de la toxina botulínica de tipo A (conocida como bótox) es una alternativa de tratamiento, pero no de primera elección. Una opción es el uso de relajantes musculares: tu médico podría sugerir que tomes un relajante muscular antes de dormir, durante un período breve. Por otro lado, está la opción de las férulas y protectores bucales, los que están diseñados para mantener los dientes de ambos maxilares separados y evitar el daño causado al apretar o rechinar los dientes. Pueden estar hechos de acrílico duro o de materiales blandos, para ajustarse a los dientes superiores e inferiores, y deben ser hechos a la medida por un profesional, puesto que ninguna mandíbula es igual a otra. Es recomendable, en paralelo, realizar ejercicios para bajar el bruxismo, como, por ejemplo: abrir bien la boca, lentamente, como en un gran bostezo; relajar la articulación, dejando la mandíbula “descolgada” con la boca entreabierta; y, finalmente, abrir la boca, sin forzarla, al máximo y mover la mandíbula alternativamente a derecha, centro e izquierda. 

El bruxismo en los niños

El bruxismo en los pequeños muchas veces es una acción que está relacionada con un desgaste que ayuda al crecimiento de los maxilares. En los niños, es “relativamente frecuente” y, en no pocos casos, resulta una manifestación inocua. En otras palabras, este rechinar “genera un desgaste fisiológico en los dientes que ayuda al desarrollo y crecimiento de los maxilares”. Importa aclarar que existen dos tipos de bruxismo: uno céntrico, en el que solo se aprietan los dientes, y otro, llamado excéntrico, que es el que genera el ruido porque hay un deslizamiento de los dientes. Aunque el bruxismo puede ser un acto consciente o inconsciente, y surgir durante el día. y también durante la noche (siempre de forma inconsciente), lo más frecuente es que el bruxismo nocturno sea “causado por la contracción repetitiva y violenta de los músculos de la masticación”, indican los especialistas. Como resultado, los dientes rechinan unos contra otros, produciendo un sonido característico y difícil de reproducir cuando estamos despiertos. Como el bruxismo en los niños no se considera una patología, tampoco existe un tratamiento específico. Si quieres ayudar a tu hijo a disminuir el bruxismo, se recomiendan medidas sencillas: reducir la actividad física y mental antes de dormir; darles un baño de tina a la noche para relajarlos; practicar algunas técnicas de relajación; leerles un cuento antes de dormir e intentar que vayan tranquilos y felices a la cama. Es importante evitar que tus hijos se duerman frente al televisor o que permanezcan frente a una pantalla (tablet, celular, videojuegos) antes de dormir. Por último, si lo escuchas rechinar en la noche cámbialo de postura, de posición, y observa si el ruido cede. Las razones por las que se genera el bruxismo en los niños son tres. Una, las emociones: se piensa que el bruxismo, en gran parte de los casos, es una respuesta a la tensión nerviosa y al estrés, al producirse sobre todo en niños muy tensos e irritables. Están, dos, los factores de origen dentario. En este grupo están las alteraciones de la oclusión, y las malas posiciones dentarias. Como el bruxismo infantil, a diferencia del adulto, no está considerado una patología, lo habitual es que desaparezca en forma espontánea a medida que el niño o la niña va creciendo. La tercera razón son factores del sueño. Los niños que presentan alteraciones en sus ciclos de sueño generalmente bruxan. El ruido es más intenso en la fase inicial del sueño y desaparece cuando están en sueño profundo. Como conclusión, el tratamiento del bruxismo es multidisciplinario, todos podemos presentar episodios y su tratamiento depende del cuadro clínico y de cada paciente. 

 

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