Té verde Té verde

En este relato en primera persona, una periodista nos cuenta los beneficios de dejar el café.

Fuente: Womenshealthmag.com 

Decidí comenzar el experimento un sábado por la mañana, pensando que sería la manera más fácil de iniciarme en este nuevo hábito, ya que no estaría apurada por salir al trabajo ni pasaría la tarde sufriendo la falta de mi café habitual. Tomé la decisión correcta respecto de ambas cuestiones.

Mi primer intento, un té verde en hebras con menta, no estaba suficientemente caliente. Usé agua caliente de la canilla en lugar de hervir agua. Y cuando apenas tenía un ligero sabor a algo me di cuenta de que me había equivocado y volví a intentarlo (por ese motivo me alegro de no haber estado apurada por salir de casa). El sabor de esa segunda ronda fue mucho más intenso que la primera, al igual que su color. A lo largo de la semana también descubrí que prefería el té en hebras que el té en saquitos, porque podía ajustar la intensidad del sabor con más facilidad”.

El primer día de tomar té verde

El primer día de este experimento con té verde, mi novio y yo viajamos al norte del estado para pasar allí el fin de semana. Cerca del mediodía, mientras avanzábamos por la ruta en el auto, mis párpados se cerraban (afortunadamente no era yo quien conducía). Lo único positivo fue que me dormí sin problema esa noche, pero no estaba segura de que ese beneficio valiera la permanente somnolencia que me acompañó durante toda aquella jornada.

Al día siguiente me sentí un poco mejor, pero aún no manejaba bien la falta de cafeína, especialmente durante las caminatas que realizamos. Habitualmente la actividad física me ayudaba a despabilarme, pero sin café aún me resultaba muy difícil. Sin embargo, mi estado mejoró con el transcurso de la semana.

Aproximadamente al quinto día, creo que efectivamente estaba menos ansiosa e inquieta que como solía sentirme en el trabajo bebiendo café. ¡Pero fue preciso transitar días difíciles y somnolientos para llegar a ese punto!”. 

Los beneficios de dejar la cafeína

El té verde es, definitivamente, un gusto adquirido “Me encanta el sabor del café. Y reemplazarlo por té verde no solo implicó un ajuste de energía sino también de sabores. Mis primeros intentos de preparar té dejaron bastante que desear en el área del no me entusiasmaron. Extrañaba el sabor de mi amado café.

Pero una vez que encontré el tipo de té que más me gustaba, me sentí mucho más abierta al té verde en general”. sabor, lo que me llevó a probar diferentes variedades durante esa semana. Como en el caso del café, existen muchísimas variedades de té verde. Algunas me encantaron, especialmente las de sabor frutado y ácido, no demasiado dulces ni empalagosas.

Sin embargo, algunas alternativas, como el té verde con leche y los dos tipos diferentes de té verde helado en los que incursioné durante la semana, definitivamente no me entusiasmaron. Extrañaba el sabor de mi amado café. Pero una vez que encontré el tipo de té que más me gustaba, me sentí mucho más abierta al té verde en general. 

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