Mujer deprimida Mujer deprimida

Para saber cómo abordar la depresión, es importante identificar de qué tipo se trata y brindar el tratamiento adecuado.

Fuente: Salud a Diario

Tipos de depresión

La depresión puede ser de distintos tipos. Se postulan teorías relacionadas con que existen cambios estructurales en el cerebro. Como, por ejemplo, se postula que a nivel del sistema límbico y sus estructuras (hipocampo, amígdala, corteza cingulada y corteza pre frontal) existiría una menor densidad o “cantidad” de masa cerebral lo cual afectaría en el procesamiento e interpretación de emociones haciendo más proclive el padecer de trastornos depresivos. Por otra parte, existen otras causas de tipo neurobiológicas o relacionadas con la baja o escasa disponibilidad de neurotransmisores (sustancias de comunicación entre neuronas, que están en el cerebro) tales como la noradrenalina y serotonina, la ausencia o escasez de dichos neurotransmisores esta ligada a la presentación de trastornos depresivos. También, existe otra teoría que apunta a la escasez de precursores o elementos “formadores o productores” de serotonina, tales como el triptófano. El triptófano se incorpora a través de la dieta tras la ingesta de ciertas proteínas vegetales y animales, luego de un proceso bioquímico el triptófano induce la producción de serotonina aumentando su disponibilidad y así evitando su déficit y disminuyendo la probabilidad de padecer de trastornos depresivos.

¿Cómo se diagnostica la depresión?

El diagnóstico es mediante la evaluación clínica que realiza un médico general, médico de familia o médico especialista psiquiatra, profesionales que son los encargados de la confirmación diagnóstica, de las indicaciones de tratamiento farmacológico (si la persona lo necesita) y de la derivación a otros profesionales, por ejemplo, a terapia psicológica. La depresión también puede ser detectada por otros profesionales que atienden a la persona, por ejemplo, en un CESFAM, un CRS o un hospital. En cualquiera de esos lugares enfermeros, kinesiólogos, matronas, etc., hacen detección activa de síntomas en grupos de personas en riesgo y población general (MINSAL, 2013). En cualquiera de los casos, siempre el tratamiento se inicia en atención primaria (por ejemplo, un CESFAM), lugar en el que la persona puede acceder a todas las prestaciones establecidas en la Guía GES. Todo el tratamiento de la persona con diagnóstico de depresión se realiza a nivel de la Red de Salud Mental. 

¿Cómo se trata la depresión?

Primero, de acuerdo con la guía de tratamiento disponibles en nuestro país (Minsal, 2013), el tratamiento de la depresión considera distintos enfoques, dependiendo de la gravedad del cuadro. Es posible que la persona mejore su sintomatología asistiendo a sesiones de psicoeducación junto a su familia, incorporando el ejercicio físico en su rutina diaria y adicionando el ingreso a terapia con un profesional psicólogo (en el caso de las personas con una depresión leve). Si el cuadro es de características moderadas, la guía sugiere la adición de psicofármacos (medicamentos usados para tratar enfermedades psiquiátricas) como los antidepresivos. Es muy importante tener encuentra que la toma de este tipo de medicamentos debe ser bajo la supervisión de su médico tratante, pues se deben monitorizar los posibles efectos adversos que estos pudieran generar. Además, es probable que su tratante realice ajustes de la medicación para lograr una mayor efectividad de la sintomatología depresiva. Así como también, no se debe suspender sus medicamentos de una día para otro sin que esto sea indicado por su médico, ya que podría ser perjudicial para la evolución positiva del tratamiento. En caso de que observe algún cambio negativo al empezar con su tratamiento debe de informarse de inmediato al médico tratante o, de no ser posible, a otro miembro del equipo de salud como enfermeras y psicólogos. Se debe tener en cuenta que, pueden existir casos de depresión con algunas características graves, es posible que la persona requiera (además de todo lo mencionado anteriormente), una hospitalización en un servicio de corta estadía (Minsal, 2013). En algunos casos (dependiendo de la sintomatología que experimenta la persona con depresión), se debe adicionar otro tipo de fármacos que faciliten la conciliación del sueño, la disminución de la angustia, el mejoramiento del apetito, entre otros. Los cuales, al igual que los antidepresivos, deben ser supervisados e indicados por su médico tratante, ya que sin supervisión pueden generar más daño y profundizar el problema. 

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