Nutrir el cerebro Nutrir el cerebro

Aunque quizá no lo crea, el paso del tiempo tiene algunos efectos beneficiosos sobre el cerebro.

La primera buena noticia: le podemos contar que el viejo dicho “No se le pueden enseñar trucos nuevos a un perro viejo” está fuera de lugar. De hecho, el envejecimiento solo no afecta en nada nuestra capacidad de aprender, recordar y pensar con claridad. (¿Y a quién le gusta que lo comparen con un perro viejo?).

Otro descubrimiento asombroso es que, en realidad, con la edad, nos volvemos mejores para recordar nueva información. Así es, mejores. Cuando somos jóvenes, nuestros “archivadores” de memoria están bastante vacíos. Como no hay un sistema de archivo, la información cae allí de cualquier manera y no parece tener sentido por sí misma. A medida que envejecemos y los archivadores se llenan de registros fabulosos de una vida bien vivida, el cerebro establece asociaciones más complejas entre las ideas y coloca a los nuevos aprendizajes en el contexto de una vasta reserva de experiencia, que permite a las nuevas ideas “adherirse” mejor. Además, a medida que nuestros archivadores se llenan, aprendemos las tácticas para organizar la información y ya tenemos los archivos configurados para recibir cada nuevo descubrimiento o experiencia.

La sabiduría se adquiere con el tiempo

Hay una palabra para esta multiplicidad de recursos mentales: “sabiduría”. Otra sorpresa: el archivador mental nunca se queda sin espacio. “Su capacidad de almacenamiento es infinita”, dice el doctor James L. McGaugh, profesor de Neurobiología y Comportamiento en la Universidad de California, en Irvine.

Uno de los proyectos de investigación del doctor McGaugh abarca a un pequeño número de personas con una memoria excelente. “Si les pregunto: ‘¿Qué ocurrió el 13 de mayo de 1983?’, ellos me contestan cómo estaba el clima, qué día de la semana era, qué comieron, a quién visitaron, etcétera. En verdad, no los puedo sorprender”, cuenta McGaugh. Quizá no desea recordar lo que tenía puesto un martes treinta años atrás, pero es agradable saber que en todos nosotros existe el potencial de una enorme cantidad de recuerdos.

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