árboles árboles

Conozca todos los beneficios que trae aparejados vivir en un entorno con árboles y vegetación.

Hubo un tiempo no tan lejano en el cual el primer pensamiento de la mayor parte de los seres humanos al ver muchos árboles juntos era: “Hay que cortarlos”. Cómo bien lo sabemos, hoy -en la Amazonia y también en zonas templadas- tal pensamiento todavía sigue vigente, codicia de por medio. Pero también ocurre que en nuestras ciudades muchos ven a estos vegetales como una molestia: ensucian con sus hojas, amenazan con sus ramas enfermas o frutos, quitan lugar para estacionar con sus troncos añosos o son el hogar de insectos que incordian. Vistos así, somos como el personaje en el chiste gráfico, sentado en la punta de una rama, que la aserrucha con entusiasmo propiciando su propia caída y desgracia. Porque, la verdad hay que decirla, por cada árbol o ramaje que es abatido en una tormenta y daña un vehículo, o hiere a alguien; miles de vidas son extendidas o salvadas por la acción invisible de estos gigantes del mundo vegetal.

Más flexibilidad con la vegetación

Una nueva, e impactante prueba, la acaban de entregar investigadores de la Universidad de Louisville, EE. UU., que han demostrado que vivir cercade una abundante vegetación verde puede contrarrestar los efectos negativos dela contaminación del aire en la salud de los vasos sanguíneos. Estudios anteriores ya habían demostrado que la proximidad a espacios verdes (árboles y otra vegetación) puede reducir los niveles de presión arterial y el riesgo de enfermedades cardíacas. Ello, al hacer entrar en juego una serie de factores ambientales: mayor oportunidad para hacer ejercicio al aire libre, reducción del estrés mental y un nivel socioeconómico mejor. Sin embargo, la relación entre la salud vascular (vasos sanguíneos), los espacios verdes y la contaminación del aire no se habían explorado completamente. En este nuevo estudio, los investigadores, dirigidos por Aruni Bhatnagar, Ph.D., profesora de medicina y directora del Instituto Ambiental Christina Lee Brown de la University of Louisville, observaron la rigidez arterial de voluntarios adultos con afecciones concurrentes como obesidad, presión arterial alta, diabetes y colesterol alto (que colocaban a los voluntarios en la categoría de riesgo moderado a grave de enfermedad cardíaca) “Aunque sabemos desde hace mucho tiempo que la exposición a la contaminación del aire tiene efectos adversos en nuestros vasos sanguíneos, este estudio muestra que quienes viven en vecindarios más verdes pueden verse menos afectados”, dice Bhatnagar. “Por lo tanto, una forma de prevenir los efectos nocivos para la salud de la contaminación del aire puede ser hacer que los vecindarios sean más ecológicos”. 

¿Cómo se demostraron los beneficios de los árboles?

Utilizando las direcciones residenciales de los participantes del estudio y los datos del Servicio Geológico de EE. UU. y las estaciones de monitoreo de la Agencia de Protección Ambiental local, el equipo de investigación analizó los factores ambientales donde vivían los voluntarios, incluidos:

 • Índice de vegetación, que incluye la cantidad y la variación de los niveles de verdor dentro de los radios de 200 metros y un kilómetro alrededor de la casa de cada voluntario.

• Material particulado, las diminutas partículas tóxicas invisibles a simple vista, en el aire.

• Niveles de ozono, un gas tóxico incoloro y contaminante significativo, altamente irritante.

Los árboles compensan la contaminación

Resultó que, en los momentos en que los niveles de material particulado y ozono eran altos, los participantes tenían niveles también más altos de rigidez arterial. Sin embargo, aquellos que vivían en áreas con más flora tenían una mejor función de los vasos sanguíneos. Los árboles y otras zonas verdes compensaban la disfunción vascular que causa la contaminación del aire, explicaron los investigadores. Incluso al ajustar los hábitos de estilo de vida autoinformados como el ejercicio y el tabaquismo (el 70 % de los voluntarios eran no fumadores), los investigadores encontraron que “los efectos de los espacios verdes en la función hemodinámica son en gran medida independientes de los ingresos familiares medios, los niveles de actividad física y el consumo de tabaco”. “Estos hallazgos indican que vivir en áreas verdes puede ser propicio para la salud vascular y que los efectos [favorables] del verdor pueden atribuirse, en parte, a la exposición atenuada a contaminantes del aire, como (materia particulada y ozono)”, dice Daniel Riggs, bioestadístico y primer autor del estudio.

La mente también mejora con los árboles

Estudios anteriores muestran que el espacio verde urbano tiene un beneficio positivo en las personas que experimentan enfermedades mentales, pero la mayoría de estos estudios utilizaron medidas autoinformadas, lo que dificulta comparar los resultados y generalizar conclusiones sobre los efectos del espacio verde urbano en la salud mental. Un equipo de investigación interdisciplinario de UFZ, iDiv y la Universidad de Leipzig trató de mejorar este problema involucrando un indicador objetivo: prescripciones de antidepresivos. Para averiguar si un tipo específico de espacio verde 'cotidiano' (árboles de la calle que salpican las aceras del vecindario) podría influir positivamente en la salud mental, se centraron en las preguntas, cómo el número y tipo de árboles de la calle y su proximidad cerca de la casa se correlacionaban con el número de antidepresivos recetados. Los investigadores analizaron datos de casi 10.000 habitantes de Leipzig, una ciudad de tamaño medio en Alemania, que participaron en el estudio de salud LIFE-Adult que se lleva a cabo en la Facultad de Medicina de la Universidad de Leipzig. Combinando eso con datos sobre el número y el tipo de especie de árboles callejeros en toda la ciudad, los investigadores pudieron identificar la asociación entre las prescripciones de antidepresivos y el número de árboles callejeros a diferentes distancias de los hogares de las personas. Los resultados fueron controlados por otros factores que se sabe están asociados con la depresión, como el empleo, el sexo, la edad y el peso corporal. Menos desigualdad en salud Más árboles inmediatamente alrededor de la casa (menos de 100 metros) se asoció con un riesgo reducido de que se le receten medicamentos antidepresivos. Esta asociación fue especialmente fuerte para los grupos desfavorecidos. Como estos grupos sociales corren el mayor riesgo de que se les receten antidepresivos en Alemania, los árboles de la calle en las ciudades pueden servir como una solución basada en la naturaleza para una buena salud mental, escriben los investigadores. Al mismo tiempo, los árboles de las calles también pueden ayudar a reducir la “brecha” en la desigualdad en salud entre grupos sociales económicamente diferentes. Sin embargo, en este estudio no se pudo demostrar ninguna asociación de tipos de árboles y depresión. “Nuestro hallazgo sugiere que los árboles de la calle, una forma de espacio verde urbano accesible al público a pequeña escala, pueden ayudar a cerrar la brecha en las desigualdades en salud entre grupos sociales económicamente diferentes”, dice la autora principal del estudio, la Dra. Melissa Marselle. “Esta es una buena noticia porque los árboles de la calle son relativamente fáciles de conseguir y su número puede aumentarse sin mucho esfuerzo de planificación”. Como psicóloga ambiental, realizó la investigación en UFZ e iDiv y ahora trabaja en la Universidad De Montford de Leicester, Reino Unido. Marselle espera que la investigación “impulse a los ayuntamientos a plantar árboles en las calles de las zonas urbanas como una forma de mejorar la salud mental y reducir las desigualdades sociales. Los árboles de las calles deberían plantarse por igual en las áreas residenciales, para garantizar que las personas socialmente desfavorecidas tengan el mismo acceso a recibir sus beneficios para la salud”. “Es importante destacar que la mayor parte de las pautas de planificación para espacios verdes urbanos a menudo se basan en visitas intencionales para la recreación", agrega la Dra. Diana Bowler (iDiv, FSU, UFZ), analista de datos del equipo. "Nuestro estudio muestra que la naturaleza cotidiana cerca de casa, la biodiversidad que se ve por la ventana o cuando camina o conduce al trabajo, la escuela o las compras, es importante para la salud mental”. Este hallazgo es especialmente ahora en tiempos de los encierros debido al COVID-19, agrega Bowler. Y no solo la salud humana podría beneficiarse. “Proponemos que agregar árboles en la calle en áreas urbanas residenciales es una solución que puede no solo promover la salud mental, sino que también puede contribuir a la mitigación del cambio climático y la conservación de la biodiversidad”, dice la autora principal, la profesora Aletta Bonn, quien dirige el departamento de servicios ecosistémicos en UFZ, iDiv y la Universidad Friedrich-Schiller-Jena. “Para crear estos efectos de sinergia, ni siquiera se necesitan parques costosos a gran escala: más árboles a lo largo de las calles serán suficientes. Y esa es una medida relativamente económica”. 

Elegí tu puntuación
Dejá tu comentario