Princesas de Disney Princesas de Disney

La influencia que tienen estos personajes en la infancia es innegable. ¿Qué podemos aprender de ellos?

A las niñas, y a muchos niños, les encantan las princesas de Disney desde que “Blancanieves y los siete enanitos” se estrenó en los cines en 1937. Si bien esta adoración continúa creciendo en términos de ratings de películas de princesas, algunos padres pueden preguntarse qué efectos podrían tener estas imágenes idealizadas de mujeres jóvenes en la forma en que sus hijos, niñas y niños, sienten y se expresan.

Según una nueva investigación de la Universidad de California en Davis, Estados Unidos, una princesa favorita mejoró, y no dañó, la confianza de los niños pequeños en sus propios cuerpos y la diversidad de las formas en que eligieron jugar. “La gente es crítica con las princesas de Disney”, dice Jane Shawcroft, estudiante de doctorado investigadora en el Departamento de Comunicación y autora principal de un estudio al respecto.

 Pero los hallazgos de los investigadores sugieren que los padres, cuidadores y mentores tal vez quieran darle otra mirada a esas princesas. El artículo, “¿Ariel, Aurora o Anna? El tamaño del cuerpo de las princesas de Disney como predictor de la estima corporal y el juego de género en la primera infancia”, se publicó en línea en la revista Psychology of Popular Media.

Las princesas, ¿son positivas?

Desde Moana hasta Jasmine Shawcroft y los coautores, pertenecientes a la Universidad Brigham Young, clasificaron a las princesas de Disney, que con el tiempo se han vuelto más diversas étnicamente y no solo blancas, en tres categorías corporales: delgadas, promedio y por encima del promedio/ gordas.

Por ejemplo, Moana, de la película de 2016 del mismo nombre, fue codificada como de tamaño corporal promedio. La princesa Jasmine, de la película Aladdin de 1992, fue codificada como delgada. Con diferencia, la princesa más popular entre los niños y niñas de este estudio fue Elsa de la película de 2013 Frozen y sus secuelas. Las siguientes princesas más populares fueron Moana seguida de Anna, también de Frozen.  

Medir la confianza corporal y el juego libre

El estudio se centró, principalmente, en cómo el tipo de cuerpo de una de las princesas favoritas de Disney afecta la estima corporal de los niños; es decir, qué tan seguros se sienten acerca de sus propios cuerpos y de su juego masculino o femenino. Estos dos criterios (estima corporal y juego de género) son las preocupaciones más citadas por los padres sobre las princesas de Disney, explica Shawcroft.

El equipo estimó la valoración corporal recopilando respuestas de los cuidadores sobre cuánto les gustaba o se sentían bien sus cuerpos a sus hijos. Una evaluación diferente cuantificó el juego masculino o femenino de los niños en función de su elección de juguetes. Las armas de fuego, por ejemplo, se consideran estereotípicamente masculinas. Las cosas bonitas y las muñecas se consideran estereotípicamente femeninas, como recuerdan los investigadores.

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