Alergias Alergias

Ciertas estaciones del año nos hacen más propensos a contraer alergias. Equípese con todo para presentarles batalla.

La alergia es la respuesta exagerada a una sustancia denominada “alérgeno”, que –si se inhala, toca, ingiere o inyecta– genera síntomas conocidos como reacción alérgica. De un tiempo a esta parte, las alergias invaden nuestro cuerpo y espacio; no sólo nos comenzamos a relacionar con ellas una vez que cambia una determinada estación o una vez terminado el invierno, prácticamente convivimos con ellas gran parte del año, ya sea porque conocemos a alguien o somos nosotros mismos quienes andamos con los bolsillos llenos de pañuelos desechables, estornudando frecuentemente o mostrando signos de una piel enrojecida o picor, con tan sólo que nos miren o toquen; transformándose así en un tema frecuente de consulta e interrogantes como ¿parece que ahora hay más personas alérgicas?, ¿yo no era alérgico y ahora sí?, ¿ahora hay más elementos que nos causan alergias?

¿Estamos predeterminados, o con los años nos hacemos alérgicos?

Los expertos señalan que en el proceso de ser o volvernos alérgicos no podemos desconocer la predisposición; esa tendencia hereditaria a ser alérgicos. No obstante, además, estarían influyendo factores ambientales, tales como la contaminación que vienen de la mano de la mayor urbanización, la tecnología, y otros. En definitiva, de un mundo cada vez más occidentalizado. Además, debemos tener en cuenta el rol que juega el sistema inmunológico como un sistema de defensa, el cual en estado de normalidad tiene capacidad de tolerancia , actuando como un verdadero centinela vigilando a los agentes extraños que entran en nuestro organismo y nos causan daño. En ocasiones, ese comportamiento, por algún motivo, cambia y este sistema reacciona de manera exagerada (otros le llamarán “equivocada”), ante un elemento llamado “alérgeno”, dando origen a una cascada reactiva de tipo inflamatoria. Es ella la responsable de la aparición de síntomas característicos de la alergia, cuando se entra en contacto ya sea con plantas, polvos, alimentos, animales, fármacos, etc. y cuyos síntomas dependerán de la sustancia causante y del estado actual de defensas. Por ejemplo, el polen de ciertos árboles produce rinitis alérgica que se manifiesta con coriza nasal y picazón en los ojos, los ácaros y el polvo provocan asma, causando daño en los bronquios, o surge urticaria en la piel por comer algún alimento o por contacto con algún elemento como el látex. 

La medicina natural contra las alergias

La propuesta para prevenir y tratar las alergias es hacerlo con la colaboración de la naturaleza mediante mecanismos biorreguladores que tengan como propósito ayudar al sistema inmunitario para que responda, pero de forma regulada, estabilizando la liberación de histamina, de esa manera permitimos que el organismo logre controlar tanto la recurrencia y disminuir sus síntomas. Uno de los compuestos fitoquímicos que han comenzado a tomar renombre es la quercetina un compuesto que se encuentra en ciertos vegetales y verduras, destacándose entre ellos, la cebolla (Allium cepa) rica en bioflavonoides que estabiliza las membranas de las células liberadoras de histamina, porque logra reducir la hipersensibilidad de las vías respiratorias ayudando a controlar naturalmente la secreción nasal, picazón en el paladar y estornudos, síntomas típicos de la rinitis alérgica. Las personas que tengan mayor propensión de tipo estacional, idealmente deben comenzar a tomar antes de la llegada de la primavera donde los árboles y plantas florecen comienzan a liberar su polen. Una planta menos conocida, pero extraordinariamente efectiva, es la ortiga de la familia de las urticaceae, por lo que es conocida en el mundo de la fitoterapia y homeopatía como Urtica urens, originaria de Europa. Se utilizan sus tallos, hojas y raíces. Es una planta muy versátil, destacándose por sus propiedades, ayudando a prevenir y tratar alergias en general y especial rinitis alérgica estacional, teniendo la capacidad de bloquear los efectos de la histamina. De esa forma ayuda a detener la producción de mucosidad y controlar los ataques de tos originados en aquellas personas alérgicas al polen. La clave de su efectividad contra las reacciones alérgicas se atribuye a dos de sus compuestos: los polisacáridos, ricos en propiedades antiinflamatorias y biorreguladoras del sistema inmune y a la quercetina con capacidad de controlar y estabilizar la hiperreactividad y calmando la congestión nasal en casos de rinitis alérgica, además de disminuir picor y enrojecimiento de las alergias a la piel o por picaduras de insectos.

Elegí tu puntuación
Dejá tu comentario