Si sufrió un ACV, hoy en día, existen cada vez más posibilidades de minimizar los efectos con tratamientos eficaces.

Siete de cada diez accidentes cerebrovasculares ocurren en personas mayores de 65 años. Pero aunque un ACV es uno de los más temibles episodios que pueden amenazar nuestra salud, hay una creciente cantidad de buenas noticias sobre el potencial de recuperación.

Qué es un ACV

Los mismos factores de salud que afectan el flujo normal de sangre y causan enfermedades cardíacas pueden también desencadenar accidentes cerebrovasculares. Estos son mucho más frecuentes en personas con endurecimiento de las arterias, hipertensión y colesterol alto, tabaquismo y diabetes. Un ACV ocurre cuando se interrumpe el suministro de sangre al cerebro. Cuatro de cada cinco ACV se clasifican como isquémicos, es decir, causados por un coágulo sanguíneo. Este puede desarrollarse ya sea en la arteria que abastece de sangre al cerebro (trombosis cerebral) o puede haber llegado al cerebro desde otra parte del cuerpo (embolia cerebral). El otro tipo importante de ACV es el hemorrágico, que ocurre cuando un vaso sanguíneo se rompe y la sangre invade el cerebro. Si experimentamos síntomas temporarios de ACV, que duren menos de 24 horas, es posible que hayamos tenido un “ataque isquémico transitorio” (AIT). Es, en principio, fácil de descartar: ocurre y poco después uno se siente mejor. Pero un AIT es un claro indicio de riesgo de sufrir un ACV en días o semanas más o en cualquier momento en los próximos cinco años. Debemos tratarlo como la advertencia que es, y asegurarnos de obtener asesoramiento profesional, incluida una tomografía computarizada del cerebro para que un equipo médico decida sobre las medidas de prevención.

Tratamiento rápido del ACV

Dentro de las 3 horas de producido el accidente cerebro-vascular, debe realizarse una tomografía computarizada. Si esta indica que la persona ha sufrido un ACV isquémico agudo, ocasionado por un coágulo sanguíneo, el tratamiento trombolítico suele ser muy exitoso. La terapia de “disolución de coágulos” es un enorme avance en el tratamiento de accidentes cerebrovasculares, pero debe inyectarse directamente en el torrente sanguíneo dentro de las tres horas de producido el ACV. (No funciona en el caso del ACV hemorrágico y hasta puede causar daño, de modo que la tomografía es esencial).

Recuperar la movilidad del cuerpo

Más de la mitad de las personas afectadas tienen problemas de movilidad o dificultades en el equilibrio y la coordinación. Y una de cada tres sufre de espasticidad, un endurecimiento y rigidez de losmúsculos que torna difícil y doloroso el movimiento de brazos y piernas. Afortunadamente, hay buenos tratamientos, incluidas drogas que relajan los músculos. La fisioterapia especializada y la terapia ocupacional también pueden hacer una gran diferencia, en especial si se inician poco después del ACV.

Técnicas de estimulación

Las personas que han tenido un ACV pueden sufrir de debilidad o parálisis de un lado del cuerpo, y tener problemas para hablar, de memoria, pensamiento y resolución de problemas. Los científicos han encontrado formas de ayudarlos.

Escuchar su música favorita ayuda a los pacientes a recuperar la función cerebral, según los investigadores. Llevarle su música preferida a quien haya sufrido un ACV, es el mejor regalo que podemos ofrecerle. Y no subestimemos cuánto pueden ayudar amigos y familiares: la fisioterapia y la fonoaudiología son mucho más exitosas si los terapeutas pueden enseñarles a los miembros de la familia las técnicas de estimulación.

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