A veces, nos vemos obligados a pasar muchas horas de pie. Conozca los riesgos que implica y cómo aliviarlos.
Fuente: vitonica.com
No es lo mismo pasar más de ocho horas de pie que
moviéndonos. Lo que vamos a discutir a continuación afecta, esencialmente, a las
personas que se mantienen mucho tiempo de pie en una situación de semiparada.
Esto incluye a los camareros, quienes además muchas veces tienen que cargar con
peso en posiciones que no son naturales.
Problemas de pasar mucho tiempo de pie
En realidad, estar de pie y parados (sin moverse) no es
una posición natural, del todo. Los músculos están acostumbrados a moverse. Lo
necesitan, metabólica y físicamente hablando. Cuando los mantenemos en una
posición de tensión durante mucho tiempo, sin moverlos, sufren agarrotamiento y
duelen. Con el tiempo, la carga que ejercen modifica nuestra postura y
normalmente no es para bien. Además de los músculos, el flujo sanguíneo es otrode los grandes afectados por estar más de ocho horas de pie. Algunos
estudios apuntan a que trabajar tanto tiempo de pie aumenta la incidencia de
arteriosclerosis, ya que incrementa la carga del sistema circulatorio al
acumular la sangre en los miembros inferiores. Esto no ocurre cuando andamos,
solo cuando permanecemos mucho tiempo quietos. Por descontado, también ayuda a
la aparición de várices. Por último, y no menos importante, permanecer mucho
tiempo de pie puede terminar ejerciendo una mala influencia en nuestra espalda.
La tensión y el forzamiento de la posición pueden desencadenar una mala postura
que se dará con casi total seguridad. Al final, lo notaremos en un dolor dela zona lumbar o, incluso, en las cervicales. Con el tiempo, esto se
traducirá en una escoliosis o rectificación, o cualquier otro problema de
espalda.
Dolencias que genera estar de pie
Teniendo en cuenta lo anterior, podemos hacer rápidamente un
resumen de las lesiones y problemas más frecuentes por permanecer mucho
tiempo de pie. Si la circulación no es buena, comenzarán la retención de
líquido, los problemas de circulación y, a mediano plazo, la aparición de
várices. En los pies, dependiendo de cómo sea nuestra pisada, podremos
sufrir una fascitis plantar o una tendinitis, según advierte el artículo
publicado en el portal Vitonica.com. En el caso de sufrir algún problema
óseo, probablemente comiencen a dolernos las articulaciones. A mediano
plazo, aunque notándose desde el principio, comenzará el dolor de la zona
lumbar, “en los riñones”, incómodo y molesto. Con el tiempo, este dolor pasará
a las cervicales y podría darse una cefalea crónica. Por descontado, el dolor
muscular en todo el cuerpo es incómodo, aunque no grave.