Dieta MIND Dieta MIND

No es ninguna novedad, pero vale la pena recordarlo: hay alimentos que preservan la mente con el paso del tiempo. Conozca todo sobre esta nueva dieta.

Fuente: Salud a Diario

El envejecimiento les pasa factura al cuerpo y a la mente. Por ejemplo, el tejido de los cerebros humanos envejecidos a veces desarrolla grupos anormales de proteínas que son el sello distintivo de la enfermedad de Alzheimer. ¿Cómo puede usted proteger el suyo de estos efectos? Hay una forma. Investigadores del Centro Médico de la Universidad de Rush (Chicago, Illinois) han descubierto que los adultos mayores pueden beneficiarse de una dieta específica llamada “dieta MIND”, incluso cuando desarrollan estos depósitos de proteínas, conocidos como placas amiloides. Las placas son una patología que se encuentra en el cerebro y que se acumulan entre las células nerviosas y, por lo general, interfieren con el pensamiento y las habilidades para resolver problemas.

Qué es la dieta MIND

Desarrollada por Martha Clare Morris, quien fue epidemióloga nutricional de Rush, y sus colegas, la dieta MIND es un híbrido de las dietas mediterránea y DASH (para detener la hipertensión). Estudios de investigación anteriores han encontrado que la dieta MIND puede reducir el riesgo de que una persona desarrolle demencia por la enfermedad de Alzheimer. Ahora, otro estudio ha demostrado que los participantes en el estudio que siguieron la dieta MIND moderadamente más tarde en la vida no tenían problemas cognitivos, según un artículo publicado en la revista Journal of Alzheimer's Disease. “Algunas personas tienen suficientes placas y ovillos en el cerebro para recibir un diagnóstico post mortem de la enfermedad de Alzheimer, pero no desarrollan demencia clínica en su vida”, explica el Dr. Klodian Dhana, autor principal del artículo y profesor asistente en la División de Geriatría y Medicina Paliativa en el Departamento de Medicina Interna de Rush Medical College. “Algunos tienen la capacidad de mantener la función cognitiva a pesar de la acumulación de estas patologías en el cerebro, y nuestro estudio sugiere que la dieta MIND está asociada con mejores funciones cognitivas independientemente de las patologías cerebrales relacionadas con la enfermedad de Alzheimer”, señala. En este trabajo los investigadores examinaron las asociaciones entre la dieta, desde el inicio del estudio hasta la muerte, con patologías cerebrales y funcionamiento cognitivo en adultos mayores que participaron en el Proyecto de Memoria y Envejecimiento en curso del Centro de Enfermedad de Alzheimer Rush, que comenzó en 1997. Los participantes eran en su mayoría de etnia caucásica, sin demencia conocida, y todos acordaron someterse a evaluaciones clínicas anuales mientras estaban vivos y a una autopsia cerebral después de su muerte. Los investigadores siguieron, así, a 569 participantes, a quienes se les pidió que completaran evaluaciones anuales y pruebas cognitivas para ver si habían desarrollado problemas de memoria y pensamiento. A partir de 2004, los participantes recibieron un cuestionario anual de frecuencia alimentaria sobre la frecuencia con la quehabían comido 144 alimentos el año anterior. Usando las respuestas del cuestionario, los investigadores le dieron a cada participante una puntuación de dieta MIND, basada en la frecuencia con la que los participantes comían alimentos específicos. La dieta MIND tiene 15 componentes alimentarios, incluidos 10 “grupos de alimentos saludables para el cerebro” y cinco grupos no saludables: carnes rojas, mantequilla y margarina, queso, pasteles y dulces, y comida frita o rápida.

¿Qué comer para proteger el cerebro?

Para adherirse y beneficiarse de la dieta MIND, una persona necesita comer al menos tres porciones de granos integrales; una verdura de hoja verde y otra verdura todos los días, junto con una copa de vino; con snacks -la mayoría de los días- compuestos de nueces; porotos cada dos días más o menos; aves de corral y bayas al menos dos veces por semana; y pescado al menos una vez a la semana. También es necesario limitar la ingesta de los alimentos designados como no saludables: la mantequilla a menos de 1 1/2 cucharaditas al día y comer menos de una porción a la semana de dulces y pasteles, quesos grasos y comida frita o rápida. Sobre la base de la frecuencia de la ingesta informada para los grupos de alimentos saludables y no saludables, se calculó la puntuación de la dieta MIND para cada participante durante el período de estudio. En el análisis se utilizó un promedio de la puntuación de la dieta MIND desde el inicio del estudio hasta la muerte del participante para limitar el error de medición. Se calcularon siete medidas de sensibilidad para confirmar la precisión de los hallazgos. Resultados “Descubrimos que una puntuación más alta en la dieta MIND se asoció con una mejor memoria y habilidades de pensamiento, independientemente de la patología de la enfermedad de Alzheimer y otras patologías cerebrales comunes relacionadas con la edad. La dieta parecía tener una capacidad protectora, y puede contribuir a la resiliencia cognitiva en los ancianos”, indica Dhana. “Los cambios en la dieta pueden afectar el funcionamiento cognitivo y el riesgo de demencia, para bien o para mal”, continua. Debido a ello, “hay cambios bastante simples en la dieta y el estilo de vida que pueden ayudar a retrasar el deterioro cognitivo relacionado al envejecimiento, y contribuir a la salud del cerebro”.  

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