Persona desidiosa Persona desidiosa

El órgano más complejo que tenemos los humanos reacciona de manera particular a esta tendencia.

   Cuando aplaza algo urgente, elude el disgusto que le produce esa tarea desagradable porque quiere sentirse bien ahora, pero solo consigue dejarle el problema a su yo futuro. “Desde el punto de vista neurológico, ¿por qué tratamos así al yo futuro?”, plantea Timothy A. Pychyl, profesor de psicología de la Universidad Carleton, en Ottawa, Canadá. Un estudio que usó la IRMF para ver qué partes del cerebro se activaban cuando los sujetos pensaban en su yo presente, en su yo futuro y en un desconocido reveló que tenemos al yo futuro casi en el mismo concepto que a un desconocido. La desidia también supone un conflicto entre dos sistemas cerebrales. El sistema límbico, donde residen nuestras emociones básicas, es una parte antigua (de la segunda bocha de helado) que reacciona de modo automático, inconsciente y muy rápido; quiere sentirse bien de inmediato. El otro sistema es la corteza prefrontal (la tercera bocha), sede de facultades superiores, como la previsión y el control de impulsos. Cuando recuerda que debe hacer su declaración de impuestos, lo primero que se activa es el sistema límbico y su apremio de sentirse bien ahora, lo que logra evitando esa tarea. La corteza prefrontal, más responsable, se rezaga, y hay que ponerla a funcionar para apreciar las ventajas de declarar a tiempo. 

Elegí tu puntuación
Dejá tu comentario