Suele ser difícil darles remedios a los pequeños. Aquí,
trucos y claves para que no se vuelva una pesadilla.
Fuente: Whattoexpect.com
Lloran, patalean, cierran la boca con toda su fuerza y
gritan tan fuerte que los pueden escuchar todos los vecinos. Entre su
resistencia a ingerir el remedio y la preocupación por el cuadro médico que
atraviesan, darle un medicamento a un niño puede ser una experiencia realmente
estresante.
Ningún chico es fanático de tomar medicina, pero las madres
y los padres deben hacer lo que deben hacer, como afirma este artículo del
portal Whattoexpect.com. Por ese motivo, es muy útil contar con algunas estrategias
infalibles para lograr que los pequeños tomen sus medicamentos.
Cuando los niños se enferman, los adultos intentan hacer
todo lo que está a su alcance para que se sientan mejor, como darles abrazos y
besos extra, acurrucarse con ellos en la cama o dejar que vean sus dibujitos
animados favoritos.
Pero luchar con los niños para tratar de que tomen remedios probablemente
no sea una de sus estrategias favoritas para reconfortarlos. Mientras que Mary
Poppins podría recurrir a un poco de azúcar, usted tendrá que encontrar otra
forma para lograr que el remedio entre en esa diminuta boca. Ponga en
práctica estas ingeniosas tácticas para persuadir a niños obstinados.
1. Pruebe un método diferente para administrar el remedio
La forma de tomar el medicamento realmente puede marcar
la diferencia. Entonces, si el pequeño ya pone mala cara cuando ve que se acerca
la cuchara, intente usar un gotero.
También puede conseguir en la farmacia una jeringa
plástica (¡sin la aguja!) para dosificar medicamentos líquidos o una taza pequeña
(asegúrese de que ofrezca medidas exactas para administrar las dosis correctas)
u otro dispositivo de medición que considere que el niño podría querer probar.
Cualquier variación en el enfoque puede ayudar a distraer al pequeño lo
suficiente para que usted logre darle la dosis necesaria.
2. Divida las dosis
Puede darle al niño pequeñas cantidades de medicamento durante
varios minutos en lugar de todo de una vez. Así, puede resultarle más fácil
de procesar si no tiene que tomarlo todo de un trago. Por supuesto que, si el
niño siente que esta estrategia simplemente prolonga su agonía, esta opción no es
lo que necesita.
3. Esconda el remedio
Pregunte a su médico si puede disimular el remedio dentro de
alimentos o bebidas. Si el médico aprueba la idea, vierta el medicamento en una
pequeña cantidad de puré de manzana, helado o jugo de frutas. Pero
recuerde, si mezcla el remedio con algo más, el niño debe comer o beber la
totalidad del producto del que se trate para poder ingerir la dosis completa.
4. Perfeccione su puntería
Las papilas gustativas se concentran en el frente y
centro de la lengua, por lo tanto, esquive estas zonas más quisquillosas y
coloque el medicamento en la parte de atrás de la lengua, como sugiere el sitio
web Whattoexpect.com.
O intente depositar el remedio entre la parte interna de la
mejilla y las encías traseras, donde se deslizará fácilmente por la garganta
con mínimo contacto con las papilas gustativas. Sí, esta tarea requiere algo de
habilidad y tal vez un par de manos adicionales para mantener al niño quieto
mientras perfecciona la maniobra.
5. Ofrézcale un premio
Un pequeño soborno puede resultar muy útil en esta
instancia. Prométale a su hijo un premio pequeño pero especial por tomar su
medicamento. Una plancha de calcomanías o una pequeña chuchería pueden ser
suficiente inspiración para que abra grande la boca.
6. Cuide su reacción
Aun si se siente mal por forzar a su hijo a tomar algo que
detesta, no se disculpe por ello. Muestre objetividad sobre el tema y hasta
alegría (si es que logra hacerlo), porque esa actitud indicará al pequeño que
tomar un medicamento no es tan dramático.
Y asegúrese de que la expresión de su rostro tampoco delate
lo que siente. Tratar de que su hijo tome un medicamento con una mueca de
desaprobación en su rostro le dará al niño indicios de que está por transitar
algo desagradable.
7. Permítale expresarse a su hijo
Anime a su hijo a elegir entre diferentes sabores o
colores de medicamentos si existieran alternativas. De esa forma sentirá
que tiene algo de control sobre la situación, es la conclusión final del
artículo publicado por Whattoexpect.com.