Cuáles son los más saludables, qué conviene comprar y cuáles tienen mayor porcentaje de grasas buenas… todo lo que debe saber para consumir más pescado.

Pescados magros

Tienen un contenido graso inferior al dos por ciento y en su mayoría son peces redondos o planos. En las pescaderías suelen llamar pescados blancos a los pescados de mar magros con carne blanca. Esta denominación se remonta al término whitefish que se utiliza en el mundo de habla inglesa; pero no todos los pescados blancos son pescados magros; de hecho, los pescados semigrasos suelen agruparse bajo este término. Los siguientes pescados pertenecen a la categoría de pescados magros: abadejo, bacalao, brótola, corvina rubia, chernia, gatuzo, lenguado, merluza, pejerrey de mar, pez gallo, salmón blanco (que no es salmónido).

Pescados semigrasos

Ni magros ni grasos, así son los pescados pertenecientes a este grupo. Todos tienen un contenido graso del dos al diez por ciento; los más representativos son: besugo, carpa, cornalitos, fletán blanco, gallineta, jurel, sardina, sargo, rodaballo, trucha marrón y pez espada. 

Pescados grasos

Este grupo incluye a todos los peces comestibles con un contenido graso mayor al diez por ciento.

Importante: el contenido de grasa de un pescado puede variar enormemente de acuerdo a la estación. Esto está relacionado con el ciclo de maduración de los animales. La caballa, por ejemplo, puede contener solo un tres por ciento de grasa en primavera y un 35 por ciento en diciembre. La grasa de los pescados de mar se considera valiosa para la salud porque es rica en ácidos grasos poliinsaturados, especialmente ácidos grasos omega 3. Dichos ácidos desempeñan un papel importante, por ejemplo, en la prevención de las enfermedades coronarias: ayudan a regular la presión sanguínea y los lípidos en la sangre, así como a prevenir las arritmias cardíacas. A este grupo pertenecen los siguientes peces: anchoa, arenque, atún, bonito, caballa, cazón, merluza negra, mero, pez limón, salmón rosado y trillas. Pescados planos y redondos Los peces redondos como el bacalao y el abadejo tienen el cuerpo redondo y los ojos a ambos lados de la cabeza. Normalmente se desplazan con su aleta dorsal. Los peces planos como el lenguado tienen ambos ojos en la parte superior de la cabeza plana; la coloración de su piel puede cambiar y servir así de camuflaje. Estos peces viven en el fondo del mar y se desplazan con movimientos ondulantes de todo el cuerpo.

Pescados cartilaginosos

Los tiburones y las rayas, cuyo esqueleto no está formado por huesos sino por cartílagos (muy firmes), se cuentan dentro de este grupo de pescados. Las aletas de la raya son especialmente apreciadas en la gastronomía gourmet. En nuestro país, el gatuzo es el pescado cartilaginoso más consumido.

Caldo concentrado de pescado

Si compra pescado listo para cocinar en la pescadería, pida espinas y carcasas de pescado para preparar un caldo de pescado casero bien sabroso.

Receta básica

Trozar 1kg de espinas de pescado blanco y enjuagarlas en abundante agua por 15 minutos; desechar el agua. Lavar una penca de apio, una zanahoria, un bulbo de hinojo y un puerro; pelar una cebolla chica y picar todos los vegetales. Moler groseramente una cucharadita de pimienta blanca en granos. Calentar una cucharada de aceite en una olla; sudar brevemente los vegetales. Añadir las espinas y rehogar los ingredientes brevemente. Verter 125ml de vino blanco y 1,5 litros de agua. Añadir un diente de ajo pelado, un cuarto de limón, una rama de tomillo, una hoja de laurel, dos clavos de olor y una cucharada de sal. Hervir la preparación y continuar la cocción a fuego bajo en un recipiente tapado por 30 minutos; espumar la preparación durante la cocción. Colar el caldo caliente por un colador cubierto con un tamiz o lienzo de cocina limpio. Verter el caldo en un recipiente hermético; asegurar el cierre. El caldo se conserva en la heladera por una a dos semanas, en el freezer por seis a ocho meses.

Elegí tu puntuación
Dejá tu comentario