Revolucionarias en su momento, las estatinas reducen el colesterol malo e incrementan el bueno… ¿qué dicen los que saben al respecto?

Este fármaco tiene una historia de éxito abrumador ya que disminuye rápidamente el colesterol LDL malo al bloquear una enzima en el hígado que ayuda a fabricar ese elemento espeso. Al mismo tiempo, promueve la producción de colesterol HDL bueno. Sin dudas, los individuos con colesterol alto pueden beneficiarse con estos medicamentos. De hecho, reducen la probabilidad de un primer ataque cardíaco o accidente cerebrovascular entre un 25 y un 35 por ciento, y disminuyen el riesgo de que se repita en un 40 por ciento. Además de mejorar los índices de colesterol de los pacientes, las estatinas también parecen limitar la oxidación del colesterol en la sangre. Esto se produce cuando las partículas de colesterol son atacadas por moléculas inestables conocidas como radicales libres. Este proceso permite que el colesterol se adhiera a las paredes arteriales. Las estatinas también reducen la inflamación en las arterias. 

Los estudios avalan el uso de estatinas

En un estudio reciente de la Facultad de Medicina de Harvard, las personas de más de 60 años de edad con altos niveles de inflamación (según una prueba de detección de un marcador de la inflamación denominado proteína C reactiva, o PCR) que recibieron estatinas comprobaron un alivio de la inflamación y una disminución del riesgo de ataque cardíaco en un 80 por ciento. Debido a la capacidad del fármaco para reducir la inflamación, algunos médicos incluso sugieren su uso en personas mayores o con riesgo pero con niveles normales de colesterol. No obstante, los efectos colaterales no se deben tomar a la ligera. El médico debe controlar de cerca al paciente mientras tome estatinas. Varios estudios sugieren que estos medicamentos pueden incrementar levemente el riesgo de diabetes. Las estatinas también pueden ocasionar problemas renales en los pacientes que ya tienen diabetes. Otros efectos colaterales incluyen dolor o fatiga muscular, y en casos poco frecuentes el dolor puede convertirse en un tipo de daño muscular potencialmente mortal. Dado que los medicamentos se metabolizan en el hígado, algunas veces ocasionan daño hepático. Entre los problemas leves se encuentran la diarrea o la constipación y los sarpullidos o los rubores faciales. Aunque ningún estudio arroje un resultado concluyente, algunas personas que toman estatinas han informado cambios en su memoria. Los médicos han acotado los grupos que parecen ser más propensos a tener problemas con estatinas a las mujeres, los pacientes que toman varios medicamentos para bajar el colesterol, las personas de baja estatura, las de más de 65 años de edad, quienes tienen enfermedad renal o hepática y quienes padecen diabetes. Pero incluso con un riesgo incrementado, los medicamentos todavía pueden ofrecer suficientes beneficios como para justificar la toma; su médico podrá ayudarle a distinguir las ventajas y desventajas.

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