Buena postura Buena postura

Para aliviar la carga en la espalda, y evitar dolores, es muy importante mantener una buena postura.

Busque aliviar la tensión de la espalda

Para ello, adopte una postura erecta que equilibre el peso sobre ambos pies. Incline la pelvis hacia adelante y luego hacia atrás en forma pronunciada. Luego, déjese caer en la posición que le resulte más cómoda. Por último, concéntrese una a una en las regiones de la espalda, de abajo arriba (primero, en el área cercana a la cintura, luego el tórax y, por último, el cuello y los hombros). Busque la posición más cómoda y menos tensa. Esta deberá ser la posición que adopte al estar de pie, al caminar, o al finalizar cualquier ejercicio. Acuéstese de espaldas o de costado (a menos que padezca ciática). De resultar más cómoda la posición de espaldas, coloque una almohada debajo de las rodillas y otra bajo la cabeza para aliviar la presión en la parte inferior de la espalda. Si es más cómodo dormir de costado, ubique una almohada entre las piernas. La posición recomendada para los que sufren de ciática es boca abajo. Si desea leer o ver televisión sentado, use una almohada de espuma en forma de cuña que sostenga la parte superior del cuerpo cómodamente. Como agregado —y para mantener el cuello en posición apropiada—, use un soporte cervical inflable o de espuma.

Buenas posturas al trabajar

Cuando esté sentado en una silla de oficina o en su casa, mantenga los pies sobre el piso, con la cadera ligeramente más alta que las rodillas. Use un soporte lumbar detrás de la espalda. El rollo lumbar es un cilindro de espuma que tiene el ancho de una silla y alrededor de 12 cm de diámetro. Puede improvisar uno con una toalla arrollada, aunque la versión de espuma es más liviana, más fácil de ubicar y, por lo general, cuenta con correas para fijar al respaldo de la silla. No es conveniente andar en auto, pero, de tener que manejar, coloque una cuña de espuma bajo la zona lumbar. Si tiene la costumbre de usar la billetera en el bolsillo de atrás, quítela siempre al sentarse. Aunque la sienta solo como un bulto pequeño, es suficiente para torcer la espalda de manera inconveniente.

Posturas para las tareas domésticas

Cuando lave los platos en la pileta de la cocina mantenga un pie más alto que el otro. Puede usar una caja resistente o un par de libros viejos, sobre los que pueda apoyar el pie. Cambie de pie cada tanto; esto relajará distintos músculos de la espalda. 

La actitud, fundamental contra el dolor de espalda

Cada mañana, antes de levantarse, ubíquese boca arriba y lentamente estire los brazos sobre la cabeza (cuidando de evitar movimientos rápidos y bruscos). Suavemente, lleve las rodillas hacia el pecho, una por vez. Para levantarse, “ruede” hasta el borde de la cama, gire hacia un costado, lleve las rodillas hacia el borde y ayúdese con un brazo para levantarse, mientras los pies cuelgan hasta llegar al piso. Una vez de pie, ponga las manos sobre los glúteos e inclínese hacia atrás muy despacio para estirar la columna.

Establezca la conexión mente-cuerpo

Ciertos estudios demuestran que la relajación, la meditación y la imaginación guiada, practicadas diariamente, reducen la percepción del dolor. Un estudio realizado en Suecia con personas que padecían dolores lumbares recurrentes demostraron que la práctica de técnicas de relajación reducían el dolor y aumentaban la sensación de bienestar. Explore terapias posturales. Si los dolores lumbares se vuelven rebeldes, será necesario adquirir el hábito de mantener la columna y la pelvis flexibles (y los músculos de sostén, firmes). Los tratamientos que ayudan a la restauración funcional y a la me- jora postural son las técnicas de Feldenkrais y de Alexander. Existen también muchas pruebas de que mantener firmes los músculos abdominales es clave para prevenir los dolores de espalda. 

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