Relación médico paciente Relación médico paciente

En un mundo cada vez más informatizado, vuelve a cobrar importancia el factor humano en la atención médica.

Pareciera que, en el devenir de nuestra historia, nos hemos ido deshumanizando, hemos perdido lo que en esencia nos hace humanos. ¿Y qué es eso que nos vuelve humanos? Según la antropóloga Margaret Mead, el primer signo de civilización fue un fémur roto que luego sanó, ya que, en el reino animal, si te rompes una pierna tu destino es la muerte: no puedes huir del peligro, ir al río a beber agua o a buscar comida. Ningún animal sobrevive con una pierna rota el tiempo suficiente para que el hueso sane. Por lo tanto, un fémur roto que ha sanado es evidencia de que alguien se tomó el tiempo para quedarse con el herido, lo ha vendado, lo llevó a un lugar seguro y lo ha ayudado a recuperarse. Por lo cual concluye que ayudar a alguien más en las dificultades, es el punto donde comienza la civilización. Justamente es en el cuidado de otro donde nos conformamos como humanos. Esa humanidad por ende, lleva intrínseca la idea de cuidar hasta que el otro sane. Y ese cuidado no sólo es físico, es psicólogico y es social.

Cuidar al otro: lo que nos hace humanos


Las sociedades deben tener sistemas de cuidados que permitan que los integrantes de ellas, quienes están por alguna situación más frágiles, puedan ser cuidados y protegidos, es así, como la infancia, la vejez, la discapacidad, la salud mental, se vuelven temas de cuidados sociales. Cuidar humanizadamente, significa respetar los roles, el sexo, las preferencias, las creencias, la cultura, las emociones, las decisiones que cada uno como sujetos tenemos. Y somos sujetos diversos y en esa diversidad, la humanidad se expresa. En esta pandemia, se ha puesto en evidencia la necesidad, de no sólo otorgar cuidados en no contagiarnos del virus y sanarse del mismo. Sino también, cuidar las relaciones sociales, la familia y la salud mental. Varias iniciativas en muchos hospitales de Chile, así lo demostraron, cuando a la impersonalidad del trato que significaba el aislamiento de los que padecían el virus (recordar que quienes padecen este virus no pueden ser visitados y el personal de salud, debe verlos con protección de cabello, protector facial, mascarilla, guantes, delantal y cubrepiés) en muchas unidades, el personal de salud puso su rostro en fotos en los cascos de atención y sus nombres en las espaldas para que fueran reconocidos por sus pacientes. Muchas personas de salud, destinaban tiempo de su trabajo para poder conectar a los pacientes con su familia, a través de video llamadas, mensajes de texto, cartas o emails, que eran leídos a los pacientes. O como en muchos lugares, profesionales de la salud, se preocuparon de los miedos y ansiedades de sus pacientes, preguntándoles si algo les preocupaba o si los podían ayudar a solucionar algo que no fuera de salud. En algunas residencias sanitarias hay personas que saben lenguaje de señas o traductores en caso de personas que manejen otros idiomas o dialectos, para que la comunicación se viese facilitada. Era tan necesario, sentir que como humanos necesitamos más cosas que sólo sanar del virus, necesitamos sanar del alma, necesitamos saber que pasa con las personas.

 

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