Caminata Caminata

Uno, dos, tres pasos… camine y avanzará en su trayecto hacia la salud y el bienestar.

Suena extraño, pero el caminar se ha tornado en una actividad muy popular. Dos generaciones atrás habría sorprendido que el andar de aquí para allá fuese considerado algo útil y bueno para la salud: ¡era lo que todos hacían todo el tiempo! No obstante, con la masificación de los vehículos y medios de comunicación electrónicos, el lujo del sedentarismo se convirtió en un verdadero cepo puesto sobre las piernas de todos: ¡los mismos niños hacen menos ejercicio físico! Es por ello que nutricionistas, deportólogos, kinesiólogos, médicos especializados en temas metabólicos, cardiólogos, en fin, casi todos los especialistas recitan hoy el mantra: ¡A caminar! Y tienen razón: caminar es gratis, seguro y efectivo. No se necesitan habilidades o entrenamientos especiales. Sus alcances se proyectan desde el control del peso, hasta ser uno de los métodos más efectivos para vigorizar nuestra capacidad física, mental y espiritual.

Los beneficios de caminar

Caminar favorece al paciente hipertenso, al ayudar a disminuir su presión arterial sanguínea; fortalece el corazón; disminuye los riesgos de la arteriosclerosis, al disminuir los niveles de las lipoproteínas de baja densidad (es decir, el colesterol malo); además aumenta los niveles de las lipoproteínas de alta densidad (colesterol bueno o protector); ayuda a bajar de peso y, eventualmente, puede ayudar a prevenir la osteoporosis. En un descubrimiento sorprendente, investigadores italianos han descubierto que caminar (también trotar y subir escaleras) ayuda a promover la génesis de neuronas nuevas en el cerebro. Y también se sospecha que las tasas de mortalidad postfractura de la cadera, podrían relacionarse con los largos meses en que las personas afectadas dejan de usar sus piernas. No es raro, entonces que, en la actualidad, el caminar se haya vuelto la actividad preferida para los pacientes en recuperación después de un ataque al corazón. De hecho, 8 de cada 10 personas mejorarían su estado de salud si caminaran a menudo. 

Tipos de caminata

Existen diferentes tipos de caminata. En primer lugar, está aquella que se considera de baja intensidad; es decir, a un ritmo o paso lento. Esto equivale a llevar un ritmo de 18-30 minutos por kilómetro. Esta es la forma de caminata que se recomienda para empezar, en especial a las personas que están con sobrepeso, a los ancianos y para los que están sometidos al programa de rehabilitación cardíaca. A la anterior, le sigue la caminata de intensidad moderada. Su ritmo es más rápido (14-17 minutos por kilómetro) y la mayoría de las personas que practican la caminata están en esta categoría. En una etapa más avanzada, se encuentra la caminata de alta intensidad. Su ritmo o paso es mucho más rápido que el anterior (10-13,5 minutos por kilómetro) y es un concepto prácticamente nuevo para la mayoría de los que practican el arte del caminar. Es el equivalente a un trote lento. Por ejemplo una persona que pesa aproximadamente 75 kilogramos y camina un kilómetro en 9 minutos, quemará un promedio de 550-800 calorías en una hora. Por último está la caminata considerada de muy alta intensidad. Su ritmo o paso es rapidísimo, (de 5,33 minutos, que es la marca mundial, a 10 minutos por kilómetro). Esta última se considera un deporte competitivo y ya no como parte de un ejercicio diario.

La frecuencia de la caminata también importa

Caminar menos de dos veces por semana produce poco o ningún cambio significativo en nuestro cuerpo, insisten los expertos. Lo ideal es tres o más veces por semana. Pero si por tiempo no puede más de una a dos veces por semana, no se desanime. Empiece y verá que de a poco se le hará más agradable y placentero, y sin darse cuenta notará que lo hará más veces por semana. En cuanto a la distancia, se recomienda caminar por lo menos 1 a 3 kilómetros por semana, como etapa inicial. Aumente gradualmente la frecuencia y la distancia y no se extralimite. Caminar mejora el tono muscular de la parte inferior de su cuerpo y consume calorías; una caminata de 45 minutos a paso veloz quema 270 calorías (en una mujer de 68 kilos, aproximadamente).

Antes de iniciar su recorrido

Cuando haya decidido hacer de la caminata un estilo de vida, debe preocuparse de planificar su rutina y su ruta, y hágalo como una costumbre. Recuerde que el caminar no debe ser una obligación, sino un placer. Vístase en forma adecuada y de acuerdo con los cambios climatológicos. Sus zapatillas deben ser livianas, y que se ajusten cómodamente. Deben ser flexibles en su porción anterior, pero con la suela del talón firme. Asegúrese de que su calzado sea bien acolchado, de manera que pueda ayudar a absorber el impacto de su pie contra el suelo.

Durante su caminata

Caminar definitivamente sirve como una válvula de escape para el estrés. Comience gradualmente caminando unos 30 minutos, al menos tres veces por semana y aumente su distancia cada semana. Comience a un ritmo que le sea cómodo, aumente su velocidad lentamente y haga ejercicios de estiramiento para elongar sus extremidades cinco minutos antes y después de su caminata. Pero si nota que se le acorta la respiración, le es difícil hablar o se siente mareado o con dolor, pare y descanse.

Reglas de seguridad en las caminatas

Para los expertos, nada estimula más que una caminata. Si tiene diabetes, se está recuperando de una enfermedad o posee problemas cardíacos, hipertensión arterial, o cualquier enfermedad crónica o debilitante, consulte con su médico antes de comenzar a practicar este ejercicio. Así que, dele una alegría a su cuerpo y a su espíritu, y ¡salga a dar una vuelta con sus propias piernas! Ellas y su salud se lo agradecerán 

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