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Cálcese y no espere para dar esos pasos: le hará un favor a su cuerpo y a su mente.

¿Le gusta caminar? ¡A sus neuronas también! Puede ser que ellas vayan, aparentemente, de espectadoras mientras las piernas y el sistema cardiovascular hacen el trabajo duro, pero lo cierto es que se trata de una actividad conjunta, muy redituable para todos los involucrados. Hace ya muchos años que se sabe que existe una relación entre una buena salud y el ejercicio de la caminata. Y, todavía más, que quienes caminan se mantienen mejor mentalmente. A este respecto, está lleno de casos anecdóticos, como el del científico inglés James Lovelock (uno de los creadores de la teoría Gaia), que llegó a los 103 años caminando sobre bases diarias, incluso, en períodos con problemas cardíacos. Pero, ¿no será al revés, que quienes tienen una buena salud de base son los que caminan más? Pues bien, un grupo de investigadores decidió monitorear los pasos de 78.430 adultos entre los 40 y 79 años. Los estudiaron siete años seguidos, y los resultados mostraron que 9.800 pasos al día podrían reducir el riesgo de demencia a la mitad. Se trata de una noticia excelente. Pero hay otra igualmente esperanzadora: dar 3.800 pasos reduce el riesgo en un 25 % (en tanto que no hay reducción adicional del riesgo sobre los 9.800 pasos)

Por qué la caminata hace bien al cerebro

En declaraciones a la revista Today, Borja del Pozo Cruz, autor de la investigación, afirma que: “Caminar se asocia con mejores perfiles vasculares, que es probablemente el camino más claro a través del cual los pasos pueden beneficiar a la demencia. Es probable que la demencia vascular sea la más prevenible a través de la actividad física”. Sucede que la demencia vascular, el segundo tipo de demencia más común después del alzhéimer, afecta la memoria, la concentración y los procesos de pensamiento. Dado que los ejercicios aeróbicos, como caminar, aumentan el flujo de sangre al cerebro y pueden mejorar la función de la memoria, parece lógico que 10.000 pasos al día puedan reducir potencialmente el riesgo de demencia. Y, todavía más, caminar esa cantidad tiene también tiene otros beneficios: mejora el perfil cardíaco y ayuda a bajar la presión arterial alta. “Este estudio representa una contribución importante a las recomendaciones basadas en el conteo de pasos para la prevención de la demencia”, afirman los autores del estudio. Además, “las recomendaciones basadas en el conteo de pasos tienen la ventaja de ser fáciles de comunicar, interpretar y medir, y pueden ser particularmente relevantes para las personas que acumulan su actividad física de manera no estructurada”. Es decir, parafraseando algo que dice el I Ching, mítico libro oracular chino, “el camino de la salud mental a largo plazo comienza con los primeros 9.800 pasos”.

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