Estos 3 sencillos remedios caseros, le brindarán alivio a su muela mientras espera su próximo turno con el odontólogo.
En el interior de cada diente hay un nervio de una sensibilidad exquisita. El dolor es la manera que tiene la naturaleza de expresar que algo está molestando a ese nervio. En muchos casos, el problema es una caries: la capa externa que protege al diente –el esmalte– fue corroída por los ácidos y las bacterias, llegando hasta el nervio. El problema también puede ser una muela partida. Las causas también pueden ser: una infección, un absceso, o una amalgama o corona faltante. Mientras espera poder visitar al dentista para que solucione la causa de fondo, acérquese a la despensa en busca de algo que lo alivie.
Lo primero es lo primero
Para cuidar su dentadura, siga estas reglas:
• Antes de cepillarse los dientes por la mañana, haga un buche con vinagre de manzana. Elimina manchas, blanquea los dientes y mata las bacterias de la boca y encías.
• Cepille los dientes y use hilo dental por la mañana y por la noche y, si es posible, después de cada comida. Si no puede cepillarte después de comer, beba algo de agua y enjuáguese la boca.
• El cepillado debe ser suave y prolongado. Sostenga el cepillo de dientes como si fuera un lápiz; aplique un movimiento circular y continúe por lo menos dos minutos. Mucha gente se cepilla con demasiada fuerza y poco tiempo.
• Visite al dentista como mínimo dos veces por año.
Remedios caseros para aliviar el dolor de muelas
Aplique clavo de olor
Es un remedio tradicional para adormecer los nervios y hoy se sabe por qué: el principal compuesto químico de esta especia, que proviene de los capullos secos de una planta perenne, es el eugenol, un anestésico natural. Pero se debe emplear con cuidado. Verter el aceite sobre el área dolorida puede empeorar el dolor si cae sobre la encía sensibilizada o la lengua. Para evitar eso, eche dos gotitas de aceite de clavo de olor sobre una mota de algodón y colóquela en el diente propiamente dicho, hasta que el dolor ceda. Para hacer más rápido, use una pizca de clavo en polvo o coloque un clavo de olor entero sobre el diente. Mastíquelo brevemente para liberar el aceite y muerda sosteniéndolo en el lugar, una media hora o hasta que el dolor se atenúe.
Combine jengibre y ají picante
Mezcle partes iguales de estas dos especias picantes con agua para formar una pasta. Forme una bolita de algodón e imprégnela con la pasta. A continuación, coloque el algodoncito sobre el diente, con cuidado de no tocar las encías o la lengua, y déjelo hasta que el dolor desaparezca (o todo lo que pueda soportar; es probable que arda). Estas especias se pueden usar juntas o por separado; ambas son analgésicas. Se probó que el jengibre y el ají picante son efectivos contra el dolor de la artritis y que el principal componente químico del ají picante –la capsaicina– bloquea los mensajes que transmiten el dolor al cerebro.
Taponar la muela dañada
Si lo que causa el dolor es un diente fracturado o partido, o una caries, tapar la pieza contribuirá a frenar el dolor hasta que puedas acudir al dentista. La goma de mascar sin azúcar funciona bien, y también la cera de velas, enfriada pero aún blanda. Algunos sanadores tradicionales recomiendan también el uso de jengibre tostado para tapar la muela que duele y así reducir el dolor. Simplemente, muerda apretando el trocito de jengibre cocido.
Un lavado con sal
Con una cucharadita de sal disuelta en una taza de agua hirviendo que se ha dejado enfriar se prepara un enjuague bucal analgésico. Haga un buche en toda la boca, durante unos 30 segundos, y escúpalo.
Con un saquito de té negro
Los taninos astringentes que contiene el té negro fuerte pueden aplacar el dolor, al hacer disminuir la hinchazón. Coloque un saquito de té húmedo apoyado contra la muela afectada.
Manteca de maní y mostaza
Algunos médicos naturistas lo recomiendan, para una emergencia. Es una versión comestible de la cataplasma de mostaza que calma los dolores musculares. En este caso, se recubre un trocito de manteca de maní con una pequeña cantidad de mostaza en polvo y se lo adhiere sobre la muela, con la parte de la mostaza hacia abajo. La mostaza provoca una contra-irritación, como la capsaicina del ají picante, que puede interferir con los mensajes de dolor que el cuerpo transmite al cerebro. La manteca de maní mantiene la mostaza adherida a la muela.
Cuándo consultar al médico
La mayoría de las personas experimenta algún episodio aislado de dolor de muelas o maxilares; recordalo para informar al dentista en la próxima visita. Pero si el dolor es recurrente, no espere. Pida una consulta, en particular si el dolor es muy intenso, si duele el hueso de la mandíbula o se percibís un latido (además del pulso), si sabe que ha perdido una amalgama o una corona o si la muela está fracturada.