Mujer en la cama Mujer en la cama

Por más de que ocupe mucho tiempo en nuestra vida, el sueño es un aspecto sobre el que mucho no se conoce.

Dormir es una de las actividades humanas más esenciales, tanto que si no dormimos lo suficiente, aunque solo sea una noche, podemos tener problemas para pensar, reaccionar y sobrellevar el día. Sin embargo, a pesar de su importancia para el funcionamiento y la supervivencia, los científicos aún no comprenden del todo cómo funciona el sueño. Para hablar de los últimos avances en este tema conversamos con Dragana Rogulja, una neurobióloga empeñada en desentrañar la biología básica del sueño. Profesora asociada de Neurobiología en el Instituto Blavatnik de la Facultad de Medicina de Harvard, Estados Unidos, Rogulja profundiza en los detalles de su investigación sobre el sueño, que utiliza moscas de la fruta y ratones para explorar por qué necesitamos dormir y cómo nos desconectamos del mundo en ese estado.

¿Qué estudia en el contexto del sueño?

Mi laboratorio lleva varios años estudiando dos cuestiones principales. La primera es por qué el sueño es necesario para la supervivencia. ¿Por qué, si no duermes, mueres literalmente al cabo de poco tiempo? La otra cuestión es cómo se desconecta el cerebro del entorno cuando uno se duerme. ¿Cómo se impide que los estímulos lleguen al cerebro durante el sueño? Elevar el umbral de excitación sensorial es esencial para dormir, y queremos entender cómo se construye esa barrera alrededor del cerebro. El sueño es un estado unificado, pero parece tener múltiples componentes que se regulan a través de mecanismos separados. Queremos entender esos mecanismos.

¿Cómo ha cambiado su investigación la forma de pensar sobre el sueño?

Durante mucho tiempo, los científicos se han guiado por el principio de que el sueño es del cerebro, por el cerebro y para el cerebro. En consecuencia, la investigación se ha centrado en gran medida en el cerebro para buscar las razones por las que el sueño es necesario para la supervivencia. Sin embargo, ahora nos estamos dando cuenta de que, aunque el sueño sea para el cerebro, no es solo para el cerebro. El sueño es un comportamiento muy antiguo que creemos que se originó en los primeros animales. Estos animales no tenían cerebro; solo tenían un sistema nervioso muy simple.

Sin embargo, los investigadores han examinado los cerebros de animales privados de sueño para tratar de encontrar una razón por la que mueren, y no han encontrado nada. Por otro lado, los datos clínicos demuestran que la privación de sueño en humanos provoca todo tipo de enfermedades en el organismo. Para nosotros, esto nos sugiere que el sueño es algo más que el cerebro. Nuestras investigaciones nos dicen que tenemos que dejar de pensar en el cerebro separado del cuerpo cuando se trata del sueño. Hemos descubierto que, para entender el sueño, tenemos que pensar en todo el cuerpo. Y tiene sentido.

Cuando uno se duerme, los músculos se relajan, la circulación cambia. Por supuesto, se trata de todo el cuerpo. En lo que resulta un hito, un grupo de investigadores muestra que las elecciones dietéticas influyen en la calidad del sueño. En su artículo de Cell de 2020, abordó la cuestión de por qué el sueño es necesario para la supervivencia. ¿Cuál es la respuesta? Descubrimos que las moscas de la fruta que dormían menos tenían una vida más corta: vimos una correlación en la que, cuanto más sueño perdían las moscas, más rápido morían. Curiosamente, el modo de privación del sueño no importaba. Lo que importaba era la cantidad de sueño perdido. Parecía haber un punto de inflexión en el que la pérdida de sueño se asociaba con la muerte, lo que nos indicaba que podía ocurrir algo específico en el cuerpo, en contraposición al desgaste general. Para investigarlo más a fondo, teñimos diferentes órganos de moscas privadas de sueño con marcadores de daño celular. Descubrimos que, en el intestino, aumentaban las moléculas oxidantes y que el máximo de oxidación se correlacionaba con el punto de inflexión en el que las moscas empezaban a morir. Confirmamos este hallazgo en ratones privados de sueño. Pero cuando administramos antioxidantes a moscas privadas de sueño o activamos genes productores de antioxidantes en el intestino, descubrimos que las moscas podían sobrevivir con poco o ningún sueño, lo que sugiere que el intestino es un objetivo realmente importante del sueño.   

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