10 lados buenos de los malos hábitos 10 lados buenos de los malos hábitos

Algunos malos hábitos tienen beneficios, aunque usted no lo crea. ¡Siga leyendo para descubrirlos!

1. Videojuegos

Aíslan socialmente a los chicos y los distraen de aprender, ¿no es cierto? Reconsidérelo. Se ha descubierto que los chicos que juegan con ellos regularmente tienen mejor coordinación ojo-mano, mayor comprensión de las ciencias e incluso un CI más elevado.

Un estudio llevado a cabo en 2002 con 700 niños reveló que los juegos de creatividad y estimulación como SimCity y RollerCoaster Tycoon ayudan a desarrollar las habilidades de planeación y el pensamiento estratégico. Y según otro estudio realizado por Peter Excell, experto de la Universidad Glyndwr de Gales, los videojuegos facilitan el aprendizaje de conceptos básicos de física; por ejemplo, un arma lanzada en un juego sigue cierta trayectoria, lo que ilustra las leyes de la gravedad.

En septiembre de 2007, una escuela primaria londinense inició un programa piloto con un grupo de quinto grado, 16 consolas Nintendo DS y un videojuego de matemáticas (Maths Training). El programa tuvo tanto éxito, que fue extendido a otros grupos, y algunos niños compraron el juego para aprender y divertirse en casa.

  • PERO ¡CUIDADO!

Algunos juegos pueden producir síntomas parecidos a los del estrés. Los chicos pequeños son más vulnerables porque les resulta más difícil distinguir entre lo real y lo ficticio. Coloque la computadora donde pueda verla.


2. Tener un poco de sobrepeso

Si piensa que tener unos kilos de más equivale a una sentencia de muerte, tranquilícese. Un estudio realizado en los Estados Unidos sobre el riesgo de muerte de 2,3 millones de personas mostró que aquellas con un índice de masa corporal (IMC) de entre 25 y 30 (“sobrepeso”, técnicamente) no tenían más probabilidades de morir por males cardiovasculares o cáncer que las personas con un IMC “saludable” de entre 18,5 y 25.

¿Por qué? Según Katherine Flegal, coordinadora del estudio y directora de investigación de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, en Georgia, es posible que los adultos mayores con sobrepeso tengan más reservas de nutrientes y eso los ayude a resistir mejor los períodos de mala salud. Esta explicación podría ser válida también para otros grupos de edad.

Pero el doctor Colin Waine, especialista en obesidad, señala que la zona del cuerpo donde se acumulan los kilos de sobra es más determinante que el IMC: es peor tenerlos en la cintura que en la cadera.

“Medir más de 90 centímetros de cintura, en el caso de los hombres, y más de 80, en el de las mujeres, aumenta mucho el riesgo de padecer males cardiovasculares y diabetes tipo 2”, dice. “El peligro es aún mayor si ellos sobrepasan los 100 centímetros y ellas los 90”.

Así que, si en general usted es activo y está sano —y su figura se parece más a una pera que a una manzana— tener unos kilos de más no es grave.

  • PERO ¡CUIDADO!

Los riesgos de salud aumentan si usted es clínicamente obeso (IMC de 30 o más).
Un estudio realizado con 115.000 enfermeras durante 15 años mostró que las mujeres obesas tenían un riesgo 28 veces mayor de contraer diabetes que aquellas con un IMC de 22. Se recomienda mantener el IMC en 27 o menos (divida su peso en kilos por el cuadrado de su estatura en metros).


3. Escuchar música a todo volumen

Si lo aturde la fiesta de su hijo adolescente en su cuarto, le sorprenderá saber que los sonidos fuertes podrían beneficiarlo. Según un estudio de la Universidad de Manchester, cuanto más alto es el volumen de la música, tanto más placer produce. La explicación está en el sistema vestibular del oído, que regula el equilibrio y transmite vibraciones; cuando las ondas sonoras lo activan, envía una señal “positiva” o “agradable” al cerebro. El autor del estudio, Neil Todd, piensa que se trata de un vestigio de un sentido acústico primitivo relacionado con impulsos básicos como el hambre y la excitación sexual.

Pero ¿vale la pena arriesgarse a perder el oído? Por supuesto que no. En tanto que los sonidos dentro de una habitación tienen que superar los 90 decibeles (el ruido que produce una motocicleta o una podadora) para activar la respuesta vestibular, los que se transmiten a través de un objeto sólido (como el suelo, o al acercar la oreja a un altavoz) sólo tienen que alcanzar los 30 decibeles para producir la misma sensación.

  • PERO ¡CUIDADO!

En las discotecas y los conciertos de rock el sonido supera los 100 decibeles. Bradford Backus, experto del Instituto de la Audición del University College, en Londres, dice que cuanto más tiempo se escucha música fuerte, más daño causa. Se considera seguro escuchar hasta 85 decibeles durante ocho horas; con 88 o más, hay que reducir ese tiempo a la mitad. En algunos comercios venden aparatos portátiles para medir la intensidad del ruido.


4. Salir a correr

Se dice que correr, en particular sobre pavimento y otras superficies duras, desgasta las rodillas y puede causar osteoartritis. Pero un estudio reciente indica lo contrario: que quienes corren con frecuencia tienen menos probabilidades de padecer esta enfermedad.

Este ejercicio aparentemente fortalece el cartílago articular de las rodillas y previene la degeneración. Investigadores australianos realizaron un estudio con 300 adultos de entre 50 y 79 años durante una década y observaron que los que hacían más ejercicio tenían mayor volumen de cartílago.
Correr frecuentemente también reduce el dolor: según un estudio de la Universidad Stanford, los adultos mayores que lo hacen tienen 25 por ciento menos dolor musculoesquelético que los sedentarios.
Entonces, ¿deben ejercitarse las personas que padecen osteoartritis? “Sí. Cuanto más se ejercitan las articulaciones, más fuertes se vuelven”, dice Adam Bajkowski, presidente de la Sociedad de Atención Primaria en Reumatología, del Reino Unido.

  • PERO ¡CUIDADO!

“Los adultos mayores deben hacerse un examen médico antes de adoptar la carrera como ejercicio; lo mejor es empezar con caminatas y aumentar poco a poco la velocidad”, dice Claire Small, especialista en fisioterapia.


5. Lácteos enteros

¿Lo asusta la idea de subir de peso y por esa razón no toca nada que no sea magro o bajo en grasas? Será mejor que se relaje.

En un estudio realizado por la Universidad de Gales con 2.375 hombres de más de 25 años, se observó que los que consumían más productos lácteos enteros corrían un 63 por ciento menos riesgo de padecer el síndrome metabólico, cuyos principales síntomas son hipertensión y concentración alta de lípidos y glucosa en la sangre, que pueden causar diabetes, males cardíacos y apoplejía. Se cree que los ácidos grasos de cadena media, presentes en la leche, el yogur y el queso enteros, aumentan la sensibilidad a la insulina de personas que padecen este síndrome, lo que les permite controlar su peso con más facilidad.

  • PERO ¡CUIDADO!

Los lácteos enteros le aportarán estos beneficios sólo si forman parte de una dieta equilibrada. Recuerde: si ingiere muchas calorías, subirá de peso.


6. Escribir mensajes de texto en vez de hablar

Tan sólo en la Argentina se envían unos 1.200 mensajes de texto por segundo, lo que para muchos es clara señal de que se está perdiendo la interacción humana. Sin embargo, en una encuesta internacional por Internet, el 43 por ciento de los participantes dijo que los teléfonos celulares mejoran la comunicación familiar. Un estudio realizado por la profesora Helen Haste, del Programa de Investigación Social Nestlé, en Londres, confirmó que los adultos jóvenes consideran que los mensajes de texto se han vuelto esenciales en la relación con sus padres.
Según los expertos, la naturaleza discreta de los mensajes de texto es lo que los hace tan atractivos para los jóvenes, pues les permite mantenerse en contacto y a la vez proteger su espacio propio. El teléfono es más directo, pero los mensajes de texto matizan las emociones y evitan las malinterpretaciones de tonos de voz (los padres pueden sonar inquisitivos por teléfono cuando en realidad sólo están interesados).

  • PERO ¡CUIDADO!

Una encuesta de Virgin Mobile revela que cada año 3,8 millones de británicos se lesionan dedos por escribir mensajes de texto. Los expertos en fisioterapia aconsejan no pasar más de 10 minutos escribiendo mensajes para evitar las lesiones por esfuerzo repetitivo. Protégase tecleando con distintos dedos.


7. Cafeína

Mucha gente cree que el café descafeinado y el té son más saludables que el café normal, y se ha señalado que la cafeína tiene relación con la taquicardia y el cáncer de páncreas; sin embargo, hay una lista creciente de los beneficios de esta bebida.

Varios estudios indican que el café puede combatir o retrasar el desarrollo del mal de Parkinson en los hombres, y lo más probable es que esto se deba a la cafeína, dice el doctor Kieran Breen, de la Sociedad contra el Mal de Parkinson; aparentemente la cafeína contrarresta los síntomas de la enfermedad estimulando la producción de dopamina en las neuronas, o, de hecho, es posible que las proteja.

Otros estudios indican, si bien no se ha demostrado, que la cafeína también ayuda a prevenir la formación de cálculos biliares. Investigadores japoneses observaron que los adultos mayores y los de mediana edad que bebían café todos los días corrían el 50 por ciento menos riesgo de padecer cáncer de hígado. Y como estimulante, la cafeína no sólo mejora el ánimo: hay pruebas de que aumenta el rendimiento de los deportistas.

  • PERO ¡CUIDADO!

Aunque algunos médicos insisten en que el café es dañino para los diabéticos y los hipertensos, otros especialistas simplemente aconsejan beberlo
con moderación. Por su parte, médicos británicos afirman que eliminar del todo el consumo de café no mejora significativamente la presión arterial.


8. Trabajar y ser madre a la vez

¿Le preocupa que el estrés de atender a su familia y de trabajar también fuera de casa la lleve al manicomio o a la tumba? Ni lo piense. Según un estudio realizado en 2005, las mujeres que combinan una profesión con el matrimonio y la maternidad corren menos riesgo de padecer problemas de salud que las que no salen a trabajar o no tienen hijos. El estudio, llevado a cabo por el Consejo de Investigación Médica del Reino Unido, analizó el historial clínico de hombres y mujeres británicos nacidos en 1946, y descubrió también que el 38 por ciento de las amas de casa padecían obesidad al llegar a los 50 años, en comparación con sólo el 23 por ciento de las madres con trabajo.

  • PERO ¡CUIDADO!

Por desgracia, las madres solteras con trabajo no gozan de iguales beneficios, pues resultaron menos sanas que las trabajadoras con pareja o sin hijos.
Aun así, tenían mejor salud que las amas de casa.


9. Alcohol

Es bien sabido que tomar vino tinto con mesura protege el corazón, pero otras bebidas alcohólicas también benefician la salud. Estudios realizados en Holanda y República Checa indican que el rico contenido de vitamina B6 de la cerveza previene la acumulación de homocisteína, aminoácido que en concentración alta parece tener relación con los infartos. Y como el vino, la cerveza contiene polifenoles, sustancias que reducen el colesterol malo.

Si le gusta más el gin tonic, alégrese: la quinina del agua tónica (y de la limonada amarga) previene los calambres nocturnos. En un estudio de 2005, el médico británico Richard Coppin demostró que la quinina es más eficaz para prevenir los calambres que estirar las pantorrillas.

El agua tónica contiene 83 miligramos de quinina por litro, así que los médicos suelen recetar de 200 a 300 miligramos por noche; sin embargo, es posible que las dosis menores también ayuden, dice Coppin.

  • PERO ¡CUIDADO!

Beber más de 30 o 40 mililitros de alcohol al día (o más de 20 o 30 mililitros en el caso de las mujeres) puede dañar la salud; además, el alcohol contiene muchas calorías. En cuanto a la quinina, las dosis muy altas pueden causar cinconismo, cuyos síntomas son zumbido de oídos, náuseas, jaqueca, dolor abdominal, enrojecimiento de la piel y sarpullido.


10. Gaseosas azucaradas

Es muy bueno que haya gaseosas dietéticas, ¿no es cierto? La misma bebida pero casi sin calorías. Pues no es así. En 2005, la Universidad de Texas reveló que en un grupo de 622 personas estudiadas durante ocho años, aquellas que solían beber gaseosas dietéticas corrían mucho mayor riesgo de padecer sobrepeso u obesidad que las que tomaban gaseosas comunes en la misma cantidad.

Aunque los edulcorantes artificiales más o menos tienen gusto a azúcar, “el cuerpo no se convence de haber recibido suficientes calorías, así que reclama más”, dice Jacqui Lowdon, de la Asociación Británica de Dietistas.

Además, las gaseosas dietéticas inducen a algunas personas a caer en el autoengaño. “Cuando toman una, pretenden desquitarse luego comiendo un chocolate”, añade Lowdon.

  • PERO ¡CUIDADO!

Para bajar de peso tendrá que reducir su ingestión de calorías. “En vez de tomar muchas gaseosas dietéticas por semana, tome una normal y disfrútela”, aconseja Lowdon.

 

Elegí tu puntuación
Dejá tu comentario