Decir que no Decir que no

Para ayudarlo a sortear el campo minado social que es la vida cotidiana, le damos respuestas para superar con los ojos cerrados las situaciones difíciles de la vida.

EN CASA…

Su pareja quiere que ambos vean su programa favorito de televisión otra vez, pero usted no quiere


“Sugiérele a tu compañero que vea lo que quiera, mientras tú haces otra cosa. Las parejas no tienen que hacer todo juntas para sentirse cercanas”, afirma la psicóloga clínica Renee Mill. “Alienta a tu pareja a disfrutar de sus programas, luego observa cómo, con el tiempo, te instará a hacer lo mismo. Sin embargo, procuren encontrar tiempo para ver juntos un programa que les guste a ambos”, sugiere.

Su pareja ha quedado para cenar con un montón de viejos amigos, pero usted no quiere


Creemos que es buena idea hacer un esfuerzo e ir de vez en cuando, pero si es la tercera vez en tres semanas, di: “¡Perfecto, ve tú! Yo me quedaré en casa para ponerme al corriente con un millón de cosas que tengo que hacer”. Mill da un paso más; sugiere que las parejas desarrollen amigos mutuos. “Si no es posible, ve a las amistades que no le caen bien a tu compañero mientras él hace lo mismo. Cuando se encuentren después, ambos se sentirán repuestos”.

Su pareja quiere hacer el amor, pero usted simplemente no tienes ganas


Siempre que sea posible, intenta convertir el no en tu mente por un sí, porque la intimidad del sexo fortalece una relación. La terapeuta sexual Heide McConkey enfatiza que la actividad sexual requiere del consentimiento de ambos, así que no temas emplear una comunicación asertiva y constructiva. Si estás muerta de cansancio, di algo como “Me siento agotada, pero veo que realmente quieres tener sexo, entonces, ¿te parece bien si tú haces todo esta vez? La siguiente, cuando me haya recuperado, me toca a mí”. Esa es una forma maravillosa de comunicar el toma y daca que es el amor sexual. Sin embargo, si el enfado es la causa de tus sentimientos, tienes que ser sincera respecto a la razón subyacente de tu frustración, subraya McConkey.

Una persona a quien no conoce bien le pide dinero prestado


La escritora de los buenos modales Marion von Adlerstein cree que no tiene caso alegar pobreza; tu amiga quizá intente pedirte prestado en otra ocasión. “Recordarles a los amigos que el dinero y la amistad no se mezclan también es una actitud algo hipócrita, así que yo me conformaría con, ‘¡Qué chistoso! Estaba a punto de pedirte que me prestaras. Qué horrible es ser pobre, ¿verdad?’”


No desea contribuir para comprarles regalos caros a amigos y familiares


No te refieras al costo, sólo que prefieres escoger tu propio regalo, sugiere von Adlerstein. O di: “¡Qué lástima! Ya compré un regalo”.

Familiares o amistades que vienen de visita de otra ciudad suponen que tienen donde quedarse


La clave para situaciones como ésta, dice Mill, consiste en emplear un lenguaje personal y asumir la responsabilidad de manera que resulte difícil para otros oponerse. Di algo como, “Estoy muy estresada y no podría atender huéspedes en este momento”. O, por ejemplo, “Mamá, tenerlos a ti y a papá aquí pondría mucha presión sobre nuestra relación. Sé que comprenderás y que lo que más deseas es que seamos felices”.

Un conocido le pide consejo o servicios sobre un tema por el cual a usted le pagan por tus conocimientos especializados


Si eres directa desde el principio, te ahorrarás resentimientos más adelante. “Me gustaría ayudar, pero estoy demasiado ocupada por el momento para darle toda mi atención a este asunto”. O bien, proponle a otra persona al mismo tiempo que te muestres dispuesta a ayudar, lo cual reduce la posibilidad de que tu amiga te lo vuelva a pedir: “Quisiera ayudar, pero te iría mejor si le pidieras a una persona con más pericia en este campo. Tendrías que pagarle, pero Sara/Guillermo haría un mejor trabajo que yo”.


Sus suegros los han invitado (otra vez), pero tú no quieres ir


Lo que se percibe como una intromisión por lo general lo es, dice McConkey, y debes decir lo que pienses sin que sea una imposición. Recuerda que la asertividad se adquiere con la práctica, así que empieza temprano más que tarde.

Una amiga le pregunta si le cae bien su nueva pareja…y no es así

Vete por la tangente y di: “Si apenas lo conozco”. Esto debe de funcionar hasta que encuentres algo positivo que decir. Después de un par de años, probablemente logres dar con una declaración neutral como, “Sus zapatos parecen de cuero auténtico” o “¡Qué personaje!” La terapeuta McConkey cree que se vale decirle a una amiga lo que sientas. Sin embargo, tus sentimientos pueden volverse positivos con el paso del tiempo, así que sugiere evitar juicios precipitados.

Sus vecinos le piden cuidar su mascota mientras se van de vacaciones


¡Ésta es fácil! Sencillamente explícales que, como sabes lo mucho que significa para ellos Cancán o Micifuz, la responsabilidad para ti sería abrumadora. O diles la verdad, aconseja Mill: “No soy amante de los animales y por eso no tengo mascota. No creo que cuidaría su mascota como a ustedes les gustaría”.


Claves para aprender a decir no

1.    Identifique sus sentimientos


Recuerda que la decisión es enteramente tuya. No tienes que aceptar si preferirías negarte. Pon algún pretexto para darte más tiempo con el fin de averiguar cómo te sientes.
Si deseas más tiempo, di alguna de estas frases (o algo similar):
“Debo ver mi agenda”.
“Tengo que pensarlo”.
“Te informaré hoy más tarde”.
“Déjame consultarlo con mi pareja”.
Utiliza el tiempo que has ganado para determinar lo que realmente desees hacer.

2.    Diga la palabra no

Es más fácil negarte si “no” es la primera palabra que pronuncias.
Sé amable, breve y directa. Di algo como:
“No, me temo que no pueda”.
“No, no es conveniente”.
“No, por esta ocasión no”.
No es necesario dar una excusa para fundamentar tu postura.
Da una razón sólo si sientes que cuentas con información que podría beneficiar a la otra parte.

3.    Utiliza lenguaje corporal para decir no

Mantén la voz firme y directa.
Mira a la persona a los ojos cuando digas no.
Menea la cabeza mientras digas no.
Recuerda que está bien decir no. Si esa es la respuesta que deseas dar, entonces tu contestación será sincera y auténtica.

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