Zinc Zinc

Este potente nutriente es clave para prevenir las enfermedades de las vías respiratorias.

Fuente: Salud a Diario

Un suplemento de zinc podría ayudar a evitar los síntomas de las infecciones del tracto respiratorio, como tos, congestión y dolor de garganta, y reducir la duración de la enfermedad misma, según sugiere un análisis combinado de la evidencia disponible, publicado en la revista de acceso abierto BMJ Open, en noviembre pasado. Sin embargo, la calidad de la evidencia en la que se basan estos hallazgos es variable, y no está claro cuál podría ser una formulación o dosis óptima de este nutriente, como advierten los investigadores.

Interés en el zinc

Las infecciones del tracto respiratorio incluyen resfriados, gripe, sinusitis, neumonía y COVID-19. La mayoría de las infecciones desaparecen por sí solas, pero no todas. Y a menudo resultan costosas por su impacto en los servicios de salud y el tiempo de baja por enfermedad. Por su parte, el zinc tiene un papel clave en la inmunidad, la inflamación, las lesiones tisulares, la presión arterial y en las respuestas de los tejidos a la falta de oxígeno. Como resultado de lo anterior, se ha generado un interés considerable durante la pandemia actual por su posible uso en la prevención y tratamiento de la infección por COVID-19. En respuesta a los pedidos de evaluaciones rápidas de evidencia para informar el autocuidado y la práctica clínica, los investigadores evaluaron el zinc para la prevención y el tratamiento del SARSCoV- 2, el virus responsable del COVID-19, y otras infecciones virales del tracto respiratorio. 

Estudios sobre zinc y enfermedades respiratorias

La revisión incluye 28 ensayos clínicos con 5.446 adultos, publicados en 17 bases de datos de investigación en inglés y en chino hasta agosto de 2020. Ninguno de los ensayos examinó específicamente el uso de zinc para la prevención o el tratamiento de COVID-19. Las formulaciones de zinc más comúnmente utilizadas fueron pastillas seguidas de aerosoles nasales y geles que contenían acetato de zinc o sales de gluconato. Las dosis variaron sustancialmente, dependiendo de la formulación y de si se utilizó zinc para la prevención o el tratamiento. El análisis agrupado de los resultados de 25 de los ensayos mostró que, en comparación con el tratamiento ficticio (placebo), las pastillas de zinc o el aerosol nasal previnieron cinco infecciones del tracto respiratorio en 100 personas al mes. Este efecto fue más fuerte para frenar el riesgo de desarrollar síntomas más graves, como fiebre y enfermedades similares a la influenza. Pero esto último se basa en solo tres estudios. En promedio, los síntomas desaparecieron dos días antes con el uso de un aerosol de zinc o una formulación líquida administrada debajo de la lengua (sublingual), que cuando se usó un placebo. Durante la primera semana de la enfermedad, los participantes que usaron zinc en aerosol nasal o sublingual tenían casi el doble de probabilidades de recuperarse que los que usaron placebo: 19 adultos más de cada 100 tenían probabilidades de seguir con síntomas, una semana después, si no usaban suplementos de zinc. Es interesante señalar que, si bien el zinc no se asoció con una disminución de la gravedad promedio de los síntomas diarios, sí se asoció con una reducción clínicamente significativa en la gravedad de los síntomas el día tres.

Efectos secundarios del zinc

Los efectos secundarios, incluidas las náuseas y la irritación de la boca o la nariz, fueron alrededor de un 40% más probables entre los que usaron zinc, pero no se informaron efectos secundarios graves en los 25 ensayos que los monitorearon. Sin embargo, en comparación con el placebo, el zinc sublingual no redujo el riesgo de desarrollar una infección o síntomas de resfriado después de la inoculación con rinovirus humano, ni hubo diferencias en la duración de la enfermedad entre los que usaron suplementos de zinc y los que no. Tampoco fue clara la efectividad comparativa de las diferentes formulaciones y dosis de zinc. Y la calidad, el tamaño y el diseño de los estudios incluidos variaron considerablemente. “Los beneficios marginales, la especificidad de la cepa, la resistencia a los medicamentos y los riesgos potenciales de otros medicamentos de venta libre y recetados hacen que el zinc sea una alternativa 'natural' viable para el autocontrol de [infecciones del tracto respiratorio] no específicas”, indican los investigadores. “El zinc también brinda a los médicos una opción de manejo para los pacientes desesperados por tiempos de recuperación más rápidos y podrían estar buscando una prescripción de antibióticos innecesaria”, añaden. “Sin embargo, los médicos y los consumidores deben ser conscientes de que existe una incertidumbre considerable con respecto a la eficacia clínica de las diferentes formulaciones, dosis y vías de administración de zinc, y hasta qué punto la eficacia podría verse influenciada por la epidemiología siempre cambiante de los virus que causan [infecciones del tracto respiratorio]”, agregan. Y cómo exactamente “el zinc podría ejercer sus efectos terapéuticos sobre las infecciones respiratorias, incluido el COVID-19, merece más investigación”, concluyen. 

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