Un recorrido por los miles de años de la medicina herbal, una
práctica que no pierde vigencia.
Medicina herbal en la antigüedad
El antiguo Egipto, un centro de conocimientos médicos
avanzados, tomó algunos conocimientos del Oriente Medio y también importó
muchas especias secas, hierbas y aceites aromáticos de Mesopotamia. El
primer gran sanador registrado es Imhotep, el médico del faraón Zoser, hacia
2600 a. C. La reputación de Imhotep fue tal, que forma parte de la mitología
egipcia.
La antigua Grecia basó sus conocimientos médicos a partir de
lo que heredó del Oriente Medio y Egipto. El primer médico griego
registrado es Asclepio (Esculapio para los romanos), a quien se le atribuían curaciones
milagrosas; el bastón de Asclepio, una serpiente enrollada en una vara, se
convirtió en el símbolo de la medicina, y aún lo sigue siendo.
Tal vez el más grande de todos los médicos griegos haya sido
Hipócrates de Cos (460 a. C.), quien merece ser recordado por sus acertados consejos
médicos con respecto al estilo de vida y por sus asombrosas perspectivas
curativas. Hipócrates desarrolló una aproximación sistemática al diagnóstico,
y adoptó un punto de vista racional acerca de la sanación basado en su
profundo conocimiento de las hierbas y la psicología humana. Hasta donde se
sabe, Hipócrates no escribió ningún tratado de herbolaria, pero un
discípulo de Aristóteles, Teofrasto de Ereso (379 a. C.), escribió dos tratados
que recopilan los conocimientos sobre hierbas que tenían los griegos de
esa época. Estos libros también incluían los tratados sobre botánica
escritos por Aristóteles: Historia Plantarum y De Causis Plantarum.
La escuela de Alejandría
De todas las escuelas médicas, la de mayor influencia fue la
Escuela de Alejandría, fundada en la ciudad del mismo nombre en la costa
mediterránea de Egipto, un centro cultural donde se reunieron las influencias orientales
y griegas. La mezcla de las grandes tradiciones médicas logró muchos avances
en la medicina natural. Los conocimientos de la escuela de Alejandría
quedaron resumidos casi por completo en un tratado de herbolaria, De Materia
Medica, elaborado por Dioscórides, un médico griego del siglo I d. C. El escrito
describe con precisión unas 600 plantas, y se convirtió en la piedra angular de
la medicina durante 1400 años, hasta que el gran Imperio romano se redujo y el conocimiento
europeo se estancó.
Jardines monásticos con hierbas medicinales
Durante la Edad Media, gran parte de los conocimientos
europeos estaban resguardados en monasterios y conventos, los cuales se
convirtieron en los centros médicos no sólo de los pueblos cercanos sino también
de los viajeros y peregrinos.
Los jardines de los religiosos por lo común se
construían sobre una cruz simbólica formada por la intersección de senderos. Dentro
de este diseño se creaban jardines especializados. En los jardines médicos abundaban
las hierbas medicinales; los jardines productivos tenían macizos para cada
vegetal o hierba en particular; los jardines de cosecha proveían a la iglesia
con flores; y también había un huerto, donde sepultaban a los hermanos y
hermanas.
En los jardines monásticos, las hierbas medicinales y las
comestibles se cultivaban por separado. En un plano de 820 d. C. que logró
sobrevivir, se detalla el modelo de un monasterio, proyectado en San Gall en
Suiza. El modelo muestra dichos jardines y las plantas que deberían tener según
el decreto del rey carolingio Carlomagno.
Grandes tratados de herbolaria
El tratado Glastonbury Herbal, del siglo X, contenía
un amplio conocimiento de las hierbas; el Leechdom, del mismo
siglo, es una recopilación de los conocimientos de medicina y veterinaria
natural de la época. Una de las escuelas de medicina más preeminentes de
entonces, la de los médicos galeses de Myd dfai, también produjo un extenso
tratado de herbolaria.
Tras la invasión normanda en Inglaterra, se pudo apreciar un
refinamiento en los jardines de los castillos y mansiones. En estos jardines
abundaban las hierbas aromáticas y las flores. Tenían plantas como la
legendaria Rosa gallica “Officinalis”, que logró llegar a Europa gracias
a las expediciones de las Cruzadas.
Los grandes tratados ingleses de medicina natural
surgieron a partir del siglo XVI. El de herbolaria de William Turner (New Herbal)
contenía al menos 238 plantas británicas. Hay dos tratados que no tienen parangón:
el de John Gerard, médico, boticario y jardinero que publicó su Herball en
1597, basado en el tratado del médico flamenco Dodoens; y el de John Parkinson,
un boticario y botánico, célebre por sus obras Paradisi in Sole Paradisus
Terrestris y Theatrum Botanicum.
Medicina herbal moderna
La práctica actual de la medicina herbal, junto con
la fascinación por las hierbas culinarias y aromáticas, ha visto un gran resurgimiento
en todo el mundo. Al mismo tiempo, dentro de la medicina holística se ha
vuelto a reconocer la importancia de la compleja interacción que hay entre
cuerpo, mente y espíritu. Con este advenimiento de la era de la medicina
complementaria, se ha reconocido que la medicina natural merece ser respetada
por sus propios méritos.